Durante la visita del presidente francés François Hollande a Holanda - ¡Hollande en Holanda! Como dirían los ingleses No pun intended (la broma no ha sido intencionada) -, Máxima Zorreguieta volvió a destacar por su elegante mise.
La reina de Holanda lució un precioso vestido de mangas afaroladas realizado en una seda con mucha densidad y gramaje que me recordó un montón la tela de mi vestido de novia. Nada más ver la imagen se me vino a la mente la firma Nihil Obstat de quien ya os he hablado en otras ocasiones, pues el vestido en cuestión tenía todas las características que conforman el ADN de esta firma Couture y Mesure “Made in Spain”.
Así que, no me lo pensé dos veces, descolgué el teléfono y llamé a Armiche Rodríguez, uno de los socios fundadores de Nihil Obstat (que traducido del latín significa “nada lo impide”) quien, como de costumbre, tuvo la amabilidad de atenderme y de responder a todas mis dudas.
Armiche, te llamo en relación al último modelito lucido por Máxima de Holanda durante la visita del Jefe del Estado Galo.
¡Ah! El vestido de mangas afaroladas inspirado en la colección otoño-invierno de 1951 de Balenciaga. ¡Precioso! El original apareció publicado por primera vez como publicidad en la revista Plaisirs de France.
Por aquel entonces, Dior había puesto muy de moda su famosa chaqueta Bar, que se ajustaba muy bien al cuerpo y realzaba la feminidad. Mientras, Balenciaga decidió a este concepto, aportar unas mangas acampanadas o adornadas con un volante abullonado para proporcionar más volumen al conjunto. En Francia, y más concretamente en París, la firma Balenciaga es mucho más conocida que en España. Seguro que si investigas por Internet encontrarás muchísima información al respecto.
¿Te suena de algo Edouard Vermeulen, el Caprile de la reina Máxima?
A finales de los Años 70, en Amberes se produjo un auténtico colapso de inspiración protagonizado por un movimiento al que la prensa especializada bautizó con el nombre de La Tradición de los 6 de Amberes.
Todos hemos escuchado alguna vez nombres como los de Dries Van Noten o Ann Demeulemeester. Pues bien, Dirk Bikkembergs, Ann Demeulemeester, Walter Van Beirendonck, Dries Van Noten, Dirk Van Saene y Marina Yee eran seis diseñadores, con seis estilos diferentes y un mismo denominador común: la ciudad de Amberes. El sello de todos ellos es conocido a nivel internacional por su identidad y tradición. Edouard Vermeulen es un joven diseñador que procede de los alumnos de los 6 de Amberes.
¿Te importa si hablamos un poco del traje en cuestión?
Se trata de un tailleur realizado en un satén doble de seda de la casa Taroni, una de las más antiguas sederías todavía activas situada cerca del Lago de Como en Milán, Italia. Una fábrica famosa en el mundo entero porque es sinónimo de lujo, elegancia y calidad en lo relacionado con las telas que crean en antiguos telares que datan del siglo XIX, y en la que compran firmas tan importantes como Dior o Chanel. John Galliano, sin ir más lejos, en el 2006 adquirió en la Seteria Taroni la tela con la que confeccionó una serie formada por 45 delicados modelos-joya inspirados en Madame Butterfly.
Esta tela se distingue por haber sido confeccionada con un gramaje muy alto, de 240 g. A primera vista, el tejido recuerda un poco al mikado con el que se suelen hacer algunos trajes de novia, pero su quiebre orgánico es más redondeado y no lineal como ocurre con el mikado. Esta tela, al estar tejida en telares muy antiguos tiene sólo 1,20 cm de ancho, lo que también incrementa su precio. En Madrid, sólo la vende en la sedería de José María Ruiz, y el metro tiene un precio muy elevado, prácticamente como el de un encaje Leavers.
Ahora que no nos oye nadie, ¿le podrías hacer alguna crítica al vestido?
Risas. Pues, para empezar, la pinza del pecho está demasiado alta. Cuando se lucen este tipo de trajes es fundamental utilizar ropa interior que ayude a construir el vestido. Cuando te casaste imagino que te insistirían mucho en el tipo de sostén que debías de utilizar, ¿verdad?
Si te fijas bien verás como Máxima que, sin duda alguna, es una de las consortes reales más elegantes del momento ha cometido un lamentable despiste al utilizar un sujetador que le marque el pecho. Personalmente opino que los pliegues de la falda están demasiado planchados, cuando lo ideal sería que sólo estuviesen ligeramente levantados. Y, en ocasiones, cuando hay que estar mucho tiempo sentado, es mejor decantarse por telas de satén de seda con un mezcla de lana, para que absorban las arrugas y el vestido este impecable en todo momento .
Y, el color. ¿Te gusta?
Es muy sofisticado y chic, me encanta el color aguamarina a juego con la parure con que la adorna. Uno de los grandes aciertos de la reina Máxima ha sido reciclar todas las maravillosas joyas pertenecientes a la reina Beatriz. Las aguamarinas antiguas tienen ese maravilloso color entre azulado y verde. Las aguamarinas que se suelen ver ahora son más verdosas.
¿Y el casquete?
Muy Jackie Kennedy. Se trata de un tocado muy versátil pues permite lucirlo con el pelo suelto y no recogido. Hace poco se lo vimos también a Carla Bruni a juego con un vestidito Dior. Aunque parece de fieltro, yo diría que la lana con el que está realizado es de muy alta calidad, a juego con unos guantes largos de ceremonia color café con leche claro, que Máxima lleva fruncidos.
Imagino que os habréis fijado que, como suele ser habitual cuando los royalties asisten a actos oficiales donde han de dar la mano, la reina lleva la mano derecha descubierta para no incurrir en la terrible falta de protocolo de dar la mano enguantada. Sólo la reina Isabel II de Inglaterra parece tener bula, y saluda sin quitarse los guantes. La pochette que sujeta entre sus manos es un clutch básico realizado en piel, sin ningún signo distintivo. Elegante y funcional. Probablemente esté firmada por Fendi o por Ferragamo.
¿Tenéis clientas de este tipo?
Las clientas que llegan hasta nuestro taller mostrándonos fotos de Máxima o de alguna otra consorte pertenecientes a la realeza suelen ser las madrinas de boda.
¿Qué extraño nexo une a España con las grandes agujas?
Durante los Años 70, el gobierno de por aquel entonces gravó la Alta Costura con el setenta por ciento de IVA. Pertegaz y Elio Berhanyer que hasta entonces vendían en Barney’s en Nueva York quebraron y tuvieron que cerrar. Si hubiesen seguido, la proyección de la moda española sería equiparable a la francesa. Cuando Cristóbal Balenciaga cerró en el año 1972, sin ruido y sin avisar ni siquiera a sus propios empleados, Givenchy se llevó a algunas de las modistas que trabajaban en sus talleres.
Hasta entonces, Balenciaga tenía dos talleres: la sastrería para mujer y el taller de fantasía dirigido por su jefa de taller, la sin par Felisa. Mi socio se formo con las hermanas Carriches que trabajaron para Balenciaga. Cuando los empleados de Balenciaga se encontraron de la noche a la mañana con que el taller había cerrado, Felisa – la jefa de taller -, montó un atelier donde trabajaban importando patrones que mandaban traer de París. Un poco como hacía la ya desaparecida Dafne o más modestamente Cadena.
El legado de Balenciaga, su carácter perfeccionista, las lecciones del llamado arquitecto de la moda enamoraron incluso a su gran discípulo y amigo Givenchy quien se refería a él diciendo que era su Dios.
En Nihil Obstat hemos creado una colección formada por veinte vestidos básicos. Nuestra idea es que esta colección vaya evolucionando con cada nueva cliente. De cada vestido se puede elegir un cuello, una manga, etc. dando lugar a una prenda personalizada y customizada en función de los deseos de cada personas. De esta forma, nuestra colección va creciendo, poco a poco, cliente a cliente.
Me despido de Armiche Rodríguez agradeciéndole la amabilidad con la que me ha atendido, y dándole las gracias por una máster class que no olvidaré en la vida. ¡Qué verdad es esa que los grandes creadores suelen ser también seres humanos excepcionales!
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