La prestigiosa casa de subastas Christie’s, en su sede londinense, recaudó ayer casi dos millones de euros en una peculiar subasta dedicada a la top model inglesa, Kate Moss, de la Colección de Gert Elfering. Aunque mi compañera Charlie me mate, debo decir que a mi Kate, ni fú ni fá, y viendo alguna de las fotografías que se remataron en precios absurdos, como la que Mario Sorrenti le hizo desnuda en una azotea y que se remató en 41.000 euros, me reitero en mi idea.
Me parece que la fotografía que el gran Mario Testino le tomó, vistiendo una chaqueta con la omnipresente Union Jack y la falda levantada , que fuera portada de la edición británica de Vogue y que se remató por la friolera de 38.675 euros, vale más como símbolo (y obra de Testino) que porque sea Kate Moss la modelo.
Está claro que la controvertida modelo ha sido fuente de inspiración para muchos artistas de los noventa, como Anne Leibovitz quien fotografió a la modelo, en blanco y negro, cuajada de joyas, también para Vogue y que se remató en 11.900 euros o Chris Levine, cuya imagen "She’s Light"se remató en 137.800 euros.
Fueron las obras de Allen Jones las que se llevaron la palma de precios: la escultura "A model model" vendida por 159.204 euros, y 144.934 euros alcanzó la pintura Kate in Red, donde la modelo vista un traje de noche rojo y zapatos de tacón.
Está claro que algo pasa con Kate Moss.
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