En estos días se celebra en la Fundación Carlos de Amberes la, iba a decir exposición, pero sería inexacto, mejor el encuentro de los amantes de la firma francesa Hermés con los artesanos que la hacen posible.
Artesanos de la piel, joyeros, relojeros, pintores sobre seda o sobre cristal, fuimos visitando de puesto en puesto, observando con atención cada movimiento, que los propios artesanos hacían mientras lo explicaban en francés, pero con intérpretes, naturalmente con espectaculares pañuelos Hermés, traduciendo sin descanso, para los menos versados en la lengua de Molíere.
La primera sala estaba dedicada a la marroquineria, la artesana de la piel, con sus punzones y sus cueros bien visibles, esta vez en español, nos explicó que cada bolso lo hace el mismo artesano y suele llevarle 20 horas. Cortar, pulir, ensamblar... tienen como resultado esos maravillosos bolsos objeto de deseo.
Más tiempo estuvimos en la joyería, donde no se utiliza pegamento, cada diminuto diamante, en el caso del brazalete de oro rosa que vimos montar, se engarza cuidadosamente en el oro. Pudimos verlo por el microscópio con una precisión...asombrosa. Pero para precisión, la de la relojera, que tarda dos horas en comprobar cada maquinaria de reloj y montarlo en su caja.
Mención especial para las artes decorativas, las cerámicas pintadas a mano son más "en cadena", tres personas, la que hace el dibujo, la que pone el oro y la que da color , sólo una de ellas se desplazó hasta Madrid, pero muy bien explicada la función de cada miembro del equipo. También el oro pintado en cada copa de cristal, donde se pulía con arena de playa y posteríormente con piedra de ágata.
La pintura sobre sedas es una técnica más complicada, al igual que el teñido de esos maravillosos pañuelos que tanto nos gustan. En resumen, una fantástica exposición sobre los artesanos de Hermés que merece la pena visitar hasta el 28 de abril en la Fundación Carlos de Amberes.¡Superbe!
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