Me encanta la buena cerveza, de cualquier tipo, lager, stout, weissbier y, por supuesto, las llamadas cervezas de abadía. Affligem es una de las más conocidas cerveceras belgas gracias a su excelente producto, cimentado en un profundo respeto a la tradición de la abadía de la que toma nombre.
No soy ni mucho menos un experto en el tema, pero atesoro una modesta colección de unas ochenta, por ahora, etiquetas de diferentes botellas de cerveza, otros tantos posavasos y unas veinte copas y jarras que en su día costó mucho esfuerzo conseguir (con alguna que otra carrera incluida, he de decir). El placer de una buena cerveza, con carácter, tomada con calma disfrutando de cada trago es un concepto que ya no está tan infravalorado en nuestras tierras.
Y es que hace años no era nada habitual encontrar la completísima selección de cervezas internacionales que hoy en día podemos disfrutar en muchas grandes superficies. Affligem presentó hace unas semanas en Madrid su nueva imagen, Embelezzia tuvo el placer de asistir al evento, auténtica puesta de largo de las tres cervezas de la marca, Blond, Dubbel y Tripel.
Para ello, Affligem ha adquirido un aire más actual y elegante sin olvidar sus orígenes y conservando sus valores más preciados: historia, pureza, calidad y los mejores ingredientes naturales, sin olvidar que es la única cerveza que experimenta una doble fermentación en botella y que se lleva a cabo tras añadir pequeñas cantidades de levadura y azúcar antes de precintarla. La botella permanece así dos semanas a 24º lo que provoca un aumento de la carga aromática.
Su cambio más llamativo es el rediseño de la botella que enfatiza de forma inigualable los orígenes belgas de la marca y pone de manifiesto el valor de su legado. Se otorga una mayor importancia al símbolo de Affligem, el escudo con la espada y las llaves, que aparece labrado en el cuello de la botella de una forma exquisita. Además, deja atrás su color escarlata por un azul intenso que enfatiza la pureza de la marca, siempre unido a la fecha 1.074, año en el que se fundó la abadía.
A su vez, la etiqueta muestra unas tonalidades mucho más claras y elegantes y varía sus colores en función de las tres variedades: Affligem Blond, en color dorado, haciendo referencia al lúpulo que contiene y que le da a la cerveza un tono rubio y brillante; Affligem Dubbel con un etiquetado granate simbolizando su color rojizo, fruto de la malta tostada y por último, Affligem Tripel que presenta una etiqueta platina en relación a los múltiples premios con los que ha sido galardonada en los últimos años.
Además, como no podía ser de otra manera, la copa Affligem a la que tanta importancia daban los monjes en su ritual, cambia su forma hacia un concepto más personal e íntimo. Una copa tipo cáliz como es habitual en este tipo de cervezas aunque con un diseño bastante original. Elegante y sobria, pretende ser el complemento perfecto para hacer de cada trago un instante íntimo, uno de esos momentos de entrega sensorial y de disfrute que son un verdadero lujo hoy en día.
Creo que los seis caballeros, más tarde monjes, que fundaron la abadía Affligem en 1074 estarían contentos con la nueva imagen que conserva su esencia más fundamental sin renunciar a su tradición y herencia. A mí me siguen encantando, sobre todo la Blond y la Tripel, ¿cual es vuestra favorita?
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