Ayer domingo, en el Palazzo Mezzanotte de Milán, Salvatore Ferragamo presentó su colección su próxima colección estival con prendas diseñadas por Massimiliano Giornetti, en las que pudimos volver a ver todos los atributos que conforman el ADN de la firma, pero reinterpretados por el director de arte de la marca.
Jugando con las diferentes texturas – cortes, deshilachados, fundido - la nueva colección experimenta no sólo con la artesanía hecha a mano sino también con la singularidad de una perfecta imperfección, siempre en busca del equilibrio, para mostrar la pureza de la sastrería Made in Italia.
Siluetas elegantes sin cinturas perceptibles, con líneas que parecen fluir alrededor del cuerpo. Vestidos de punto atravesados por bandas, faldas y tops unidos por arte y gracias de las modistas que trabajan en los talleres de la marca, con detalles escupildos y transiciones a sugerentes aunque discretas transparencias.
Los abrigos y las capas cortas de cuello halter se ciñen a la cintura con cinturones de piel de pitón o cocodrilo, fabricados a mano, mezclando pitón y piel de serpiente tejida. Materiales de efecto orgánico que contrastan con forros interiores de brillante satén que decoran las prendas.
Estampados jacquard con los efectos de color del cristal de Murano sobre abrigos creando formas en vertical. Los estampados animalier se funde en patrones geométricos dando lugar a una maravillosa fusión tan gráfica como cromática.
La colección captura la magia de transformar la materia, como durante el proceso creación del cristal en los hornos de Murano. Y como ocurre con el cristal, los colores naturales se rompen con motas brillantes y vetas metalizadas que subrayan una voluntad de metafmorfosearse en pulseras, cadenas y bolsos creados por maestros artesanos de la marroquinería y de la orfebrería.
En lo relacionado con el calzado, zapatos adornados con intrépidas cuñas que recuerdan el modelo de la icónica sandalia Rainboww de principios de los años 40 cuando por culpa de la guerra el zapatero prodigioso hubo de recurrir al corcho porque todo el metal se empleaba en armamento. Sólo que, esta vez modernizado en paletas de color monocromáticas que refuerzan los lujosos detalles de cadenas finas y pieles exóticas.
Los bolsos son un absoluto tributo a la elegancia hecha a mano de Ferragamo, y no han dudado en adquirir la forma de aquellos maletines que solían utilizar los médicos pero mezclando materiales; también se pudieron ver clutchs con incrustaciones geométricas y tote bags con asas de cristal policromado.
Más información | Salvatore Ferragamo
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