Cuando leí que Cristina hablaba de la llave mágica de L'Occitane para aprovechar los tarros hasta el final, me di cuenta es que tengo en casa una espátula que acompaña las cremas La Prairie para aplicar sin tocar el producto de más, evitar que se ensucie, se contamine, y el producto dure más al coger la cantidad necesaria y en pequeñas dosis.
Os presento la espátula de oro, plata y un cristal Swarovski de La Prairie, un aplicador pequeño, muy versátil, que casi siempre tengo en un lugar fresquito para que cuando me aplique la crema el efecto también sea de activador de la circulación en la zona.
Lo mismo es una manía mía, pero antes de darme la crema, me aplico la parte plateada sobre todo por el contorno de ojos, y por las zona más sensibles, antes de la crema. Es una manera de activar la circulación por donde después llegará el producto, así preparo mejor la piel.
Lo bueno de esta espátula, al menos en mi caso, es que abres el bote, coges la cantidad necesaria, y cierras. No contamino la crema, no ensucio, no me paso con la cantidad, es una manera de controlar el producto y aplico directamente. Eso sí, extiendo con las yemas de los dedos.
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