El pasado 2 de junio, Dior inauguró una nueva boutique Baby Dior y Dior Kids en la rue Royale del elegante barrio perteneciente al 1er arrondissement de París, no lejos de la plaza de la Madeleine. Allí es donde ha plantado sus fueros la marca, en una tienda afelpada, donde las emblemáticas paredes grises y las molduras blancas que forman parte del ADN de la firma conviven con tonalidades pastel.
Nada más cruzar la puerta, enseguida se puede ver la línea Dior Kids, en medio de un discreto decorado que evoca el de una casa familiar - con su chimenea antigua y sus paredes decoradas con platos antiguos -, y que logra hacer destacar, todavía más si cabe, el colorido de las últimas colecciónes compuestas por prendas de vivos colores.
Si se sigue avanzando por el parqué de madera clara, se llega hasta las creaciones pertenecientes a la línea Baby Dior colocadas en la habitación infantil más cuca del mundo.
Bajo un cielo pintado por el artista Mathias Kiss, nos parece ver, a través de una cristalera, la rosaleda de Granville. El lugar donde creció Christian Dior.
La visita se acaba con un arranque de escalera que rememora el mítico que todavía hoy podemos encontrar en el número 30 de la avenue Montaigne; y que conduce al primer piso donde podremos encontrar todos los trajes de fiesta que tanto prestigio proporcionan a la marca.
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