Las estaciones fantasmas del metro de París son dieciséis estaciones inutilizadas e inaccesibles, cerradas al público desde hace varios años, lo que les confiere un cierto halo de misterio entre los parisinos.
La mayoría de ellas fueron cerradas en 1939, coincidiendo con el principio de la Segunda Guerra Mundial en la que, como bien sabéis, también participó Francia; otras fueron recicladas o sencillamente desaparecieron a medida que fue creciendo la red del metro. También hay dos estaciones que aunque fueron construidas, jamás estuvieron operativas, y que no tienen acceso a la vía pública.
Nathalie Kosciusko-Morizet, más conocida como NKM, nació el 14 de mayo de 1973 en París, y es una mujer dedicada a la política que ha presentado su candidatura para convertirse en la próxima alcaldesa de París en las elecciones municipales que se celebrarán el próximo mes de marzo.
Ex ministra de ecología, desarrollo sostenible, transportes y vivienda, es la política francesa más seguida en las redes sociales con más de 64.000 seguidores en Twitter. Pues bien, como precisamente espacio es algo que falta en París, a Manal Rachdi, un joven arquitecto parisino, y Nicolas Laisné, arquitecto urbanista, se les ha ocurrido la feliz idea de rehabilitar estos espacios subterráneos para convertirlos en lugares que puedan disfrutar los parisinos.
Una idea original y seductora, con proyectos que pretenden transformarlos en piscinas pública, sala de espectáculo, restaurantes, etc. ¡Imaginación al poder! La candidata, que asegura utilizar el metro con frecuencia (las líneas 8 y 13) considera que el metro es un lugar con encanto, ya que es a un mismo tiempo anónimo y familiar, por lo que no ha dudado en apoyar este proyecto, incluyéndolo en su programa si gana las elecciones.
De momento existen ya siete proyectos que rehabilitarían igual número de estaciones abandonadas, pero la candidata quiere consultar a los parisinos antes de emprender las obras. En caso de victoria, lanzará una plataforma de creación compartida, y promete seleccionar los mejores proyectos.
Las cosas no son tan sencillas como parecen ya que crear lugares seguros en estos localizaciones, que respeten las normas dentro de la red del metro resulta complicado, e implica una inversión importante. Por eso muchas de estas estaciones no se volvieron a abrir, porque no resultaban rentables.
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