InstaGram se ha convertido en la aplicación para los smartphones preferida por los fashionistas, una herramienta que no ha tardado en demostrar ser absolutamente adictiva. ¡Claro, que no nos extraña!
Imaginaros que después de hacer una bonita foto pudierais añadirle diferentes filtros, como si fuerais auténticos profesionales de la fotografía, capaces de proporcionar a vuestros recuerdos ese toque vintage o retro tan especial, por medio de marcos blancos, fondos sepias, craquelados, efecto acuarela, carboncillo, pastel, etc. Las posibilidades son muchas, y todas geniales.
Pues para acabar de rizar el rizo, existe un servidor en Internet llamado StickyGram que te permitirá transformar tus InstaGrams en imanes que luego podrás colgar en las cabinas telefónicas, en los vagones del metro, en las farolas, en los techos de los coches, de la nevera… para que tus mejores clichés no permanezcan relegados a un pequeño círculo.
Eso debió pensar la norteamericana Jenna Gersbach cuando, además de compartir el resultado de su arte con sus amigos twitteando sus fotos y subiéndolas a Facebook, se decidió a mostrarlas al mundo, convirtiendo sus Instagrams en láminas magnetizadas que fue colgando aquí y allá, repartiendo poesía a su paso. ¿Te animas a seguir sus huellas?
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