El otro día, leí en la web que el diseñador neoyorquino, Andrew Yang, había creado para Lancôme tres muñequitas de tela a las que había bautizado con el nombre de "Dollidays". Las Happy Dollidays, Alyssa, Isabelle y Camille, que sólo se venden en el mercado asiático, miden dieciséis centímetros de alto y están disponibles en tres versiones: Porcelain Doll, Golden Doll y Star Doll.
“Cuqueado” por Anna Wintour, Andrew Yang lleva creando - desde al año 2008 - sus famosas “fashion rags dolls”, unas muñecas de tela vestidas de Haute Couture, que se han convertido en el último snobismo, y en el must have del momento en Asia.
Animado por el deseo de poder abrirse camino en Rodarte, Andrew Yang se matriculó en el Fashion Institute of Technology de Nueva York, antes de trabajar como asistente para varios diseñadores neoyorquinos. Pero estos no le permitían dar rienda suelta a su desbordante imaginación.
Fascinado desde su más tierna infancia por la colección de muñecas de su madre, Andrew decidió crear la suya propia. Dando así vida a la primera de una larga serie, que solía vestir con las últimas novedades que veía en las pasarelas, y cuyo rostro - pintado con detalle -, pareció dotarla de un alma, y de personalidad propia.
El placer experimentado durante la creación de esta muñeca unido al sorprendente y maravilloso resultado, le animó a diseñar diez nuevas muñecas que ofreció a una boutique que estaba en el Soho, para que las vendiera. Como las muñecas fueron todo un éxito, esto le decidió a dedicarse en cuerpo y alma a su nueva pasión.
Durante una producción, coincidió con el fotógrafo Terry Tsiolis que se quedó absolutamente fascinado ante la visión de una de sus creaciones. Tanto, que le pidió permiso para hacerles fotos, enviándoselas después a un redactor de la revista Vogue.
Las fotos de las muñecas a las que Andrew Yang llama "Koulkitas" (en griego, muñecas), empezaron a circular hasta ir a parar a Barnays. Los responsables de estos grandes almacenes le encargaron que hiciera, con motivo de la Vogue Fashion Night Out, setenta ejemplares inspirados en las últimas colecciones, que después se venderían en pública subasta para recaudar fondos por las Asociación contra el Sida.
El éxito de estas muñecas es inmenso: de Londres a Hong Kong, pasando por Milán, todas las boutiques que presumen de tener escaparates sorprendentes y hype se las rifan. Lo cual es lógico si se tiene en cuenta que todas estas muñecas de tela están cosidas totalmente a mano, beneficiándose de las técnicas de la Haute Couture que Yang aprendió trabajando en los talleres de los mejores diseñadores de moda.
Estas Kouklitas se situán a mitad de camino entre una obra de arte, la obsesión por la moda y el fetichismo, por lo que es lógico que tengan totalmente encadilado al mundo de la moda. Eso, sin mencionar la personalidad tan atípica de Andrew Yang, que alimenta a la perfección ese aura misteriosa que desprenden todas sus creaciones.
He estado investigando, pero todavía no he podido confirmar por ningún lado si las muñecas de los escaparates para las Navidades de Printemps realizados por Dior son de Yang o sólo se han "inspirado" en las suyas. ¡Quién sabe! puede que el mundo de la moda, con las "poupées Haute Couture" de Andrew Yang, haya ido a dar con el último Gepetto en la tierra.
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