Francamente, ¿es necesario?. Soy una admiradora de Galliano desde sus inicios en Dior (más que nada porque antes no sabía de su existencia) y su visión sofisticada, barroca y rompedora me sorprende en positivo colección tras colección.
Pero esos tacones escultura ... ufff, creo que veto. No se si es porque esas formas de rizo me recuerdan a las cabelleras de las princesas de Disney o me he dejado influenciar por el amarillo que, a mi pesar, viene como tendencia en complementos y no lo digiero nada bien.
Me atrae lo diferente, me considero pragmática en muchos aspectos aunque afortunadamente mi época rococó ya pasó. Y seguir las tendencias es una satisfacción personal.
Por eso me atrevo a dar mi opinión sobre zapatos extravagantes que veo y no me provocan ningun ¡Ohhh! ni siento ningun impulso ni por probármelos.
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