Pomellato, la marca de joyería milanesa fundada por Pino Rabolini en el año 1967 - muy bien posicionada a nivel mundial al ocupar el puesto número cinco en la lista de las firmas de joyerías más importantes -, acaba de entrar a forma parte de la constelación Kering – antes conocida como PPR (Pinault-Prentemps-Redoute) -, de cuyo universo también forman parte Gucci, Bottega Veneta y Brioni, por mencionar sólo algunas de las joyas de la corona de origen italiano.
Kering se ha hecho con el ochenta y uno por ciento de Pomellato. Andrea Morante continúa detentando el cinco por ciento del capital en acciones, y conserva su puesto como consejero delegado. La venta no es el resultado de una empresa mal gestionada, sino de un grupo activo y bien administrado, que dispone de una red de distribución extendida a lo largo y ancho de este mundo.
François-Henri Pinault, encantado con su nueva adquisición, ha declarado en rueda de prensa:
“Pomellato y Dodo se encuentran entre los nombres de la joyería más fascinantes e innovadores del mundo. Me siento orgulloso de que se unan a nuestro prestigioso portafolios de marcas de lujo. Tenemos grandes ambiciones para ellas, y pondremos toda nuestra experiencia y know-how a su disposición preservando los valores del DNA italiano”.
No podemos dejar de observar que, últimamente, parece que se ha puesto de moda ir de shopping entre las mejores marcas del “Made in Italy”.
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