Cada nueva temporada, las campañas Red Valentino nos transportan a un mundo onírico lleno de belleza. La primavera-verano 2013, realizada por el fotógrafo Tim Walker, se anuncia tan extraordinaria como siempre pues su puesta en escena, una puerta abierta a un mágico cuento de hadas, parece haber sido inspirada por la fantasía de algún duende.
Esta versión de Alicia en el País de las Maravillas, a la manera Red Valentino, evoluciona en medio de un ambiente merengue azul y blanco. Sólo la modelo, que se cambia varias veces de modelito, luce unos outfits de lo más primaverales, aportando las notas de color a la escena.
La protagonista parece ir explorando este universo cubierto por un manto blanco repleto de objetos tan heteróclitos como misteriosos, donde las sillas conviven con conchas gigantes, nubes, paraguas puestos del revés que parecen telas de araña gigantes, mezclados con redes de pescar. Una chimenea monumental enmarcada por dos columnas preside este lugar fuera del tiempo, sin olvidar mencionar una escala dorada que permite alcanzar los lugares más inaccesibles.
En medio de todo lo cual se puede ver ocupando un lugar de honor un dirigible de tamaño mini que parece estar esperando a que la heroína de esta historia se embarque para navegar hacia un destino desconocido. Acabo de escribir esta frase, y he tenido un déjà-vu. ¡Ah, sí, ahora me acuerdo! es un poco el mismo story telling de "L'invitation au voyage" de Louis Vuitton.
Sin duda alguna, una estética circense para una escapada estival de lo más poética de la mano de la sensibilidad de Tim Walker para Red Valentino.
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