Sí se nota, se ve cuando un hombre se hace la manicura, cuando las uñas no tienen aristas porque las han limado, cuando esa capa de piel seca y blanca que son las cutículas ha desaparecido y cuando la piel de las manos está seca o hidratada.
A menos que seas un cotizado artista ceramista, debes cuidar tus manos. Crema de manos, quitacutículas, alicates, tijeras y lima de uñas tienen que estar en tu neceser. Tienen una importancia visual y táctil para causar una buena impresión con tus interlocutores.
Si no eres un manitas o no tienes la paciencia del director de la oficina de mi banco y sabes hacerte la manicura tú mismo, pide hora en un centro de belleza o centro especializado en manicura y en un plis tus manos estarán impecables. Una vez a la semana, basta.
Nada más chocante que recibir un alto ejecutivo en tu trabajo vestido de Armani y comprobar en el apretón de manos que sus manos parecen de lagarto. Si eres un vendedor de relojes de lujo y muestras un modelo a un cliente, éste verá tus manos (o su esposa que le está acompañando) y apreciará ver unas uñas pulidas y en orden.
Y te sorprendería comprobar cuánta gente se fija en esos detalles de aseo personal. A nadie le sorprende ya que un hombre tenga cita con su manicura o que se lime las uñas antes de ir a dormir.
Psssttt ... a las mujeres nos gusta que os cuidéis. No sólo está al abasto de Brad Pitt, Bono o George Clooney. Si no te has iniciado en el mundo de los cuidados de belleza masculinos, pruébalo: te sorprenderá la satisfacción personal que aporta. Se advierte que engancha: una vez empieces no podrás pasarte de tu nueva afición.
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