Con la llegada de la primavera, la gran familia de los “tote bag” de Louis Vuitton ha crecido, dando la bienvenida al modelo “W”, un bolso tipo cabas que nace con vocación de hacerle directamente la competencia al famoso “Luggage” de Céline.
Aunque los bolsos cult de Louis Vuitton no suelen seducir a las fashionistas de pro por considerarlos propios de la clásica compradora compulsiva oriental o de la típica burguesita intoxicada por el monograma, el recién nacido en los talleres de Asnières podría muy bien convertirse en la excepción que confirma la regla.
Al fusionar maravillosamente bien la estética de los bestsellers del momento (véase el aspecto rígido del modelo Antigona de Givenchy, y el formato trapezoidal del mencionado Luggage de Céline), el W de Vuitton desprende un porte acorde con el aire de los tiempos, que no debería dejar indiferente a la gente fashion.
Y aunque sus diferentes versiones que combinan el clásico monograma con una paleta de colores demasiado formal nos resulta un tanto tradicional, los que enarbolan damiers superpuestos o monogramas en relieve pueden dar la campanada.
Una sugerencia: las que estén pensando en invertir en un bolso Louis Vuitton deberían considerar la posibilidad de anteponer el pragmatismo de alta gama del modelo W en detrimento del omnipresente Speedy.
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