Los últimos movimientos de Bershka en cuestión de imagen me gustaron. Su última muestra en grande o el lookbook joven que vimos en noviembre. Hasta ahí todo normal. La firma de Inditex seguía mejorando una de sus partes más débiles en pos de buscar un público mayor y crecer como marca. Todo bien hasta el lookbook de diciembre, con el cual, llegó su peor versión, la que muchos relacionamos con Bershka.
Los esfuerzos de Bershka derivan en una duplicidad de líneas entre su primera marca: Bershka y su segunda: BSK, directa al público joven y con un estilo con el cual se ha asociado más en los últimos años. La diversidad de Zara está aquí mal entendida. La primera logra mejorar resultados y la segunda se estanca este mes.
Bershka crece en su primera marca
Bershka busca sacar un lado moderno. Un estilo vistoso pero cuidado. Más recuerdos a firmas como Urban Outfitters y similares. Estampados aztecas con toques modernos en la mezcla de colores y vsitosas cazadoras (79,99 euros).
El gusto por la geometría y el estilo pop junto a las transparencias de las mangas actuales. No falla.
Sobre este patrón logran jugar y no parecer Bershka. Al menos no la Bershka que hace un tiempo recordamos. Vestidos rectos con superposición de ideas y un impacto visual llamativo. Nada de quedarse en el lado anodino.
La clave para estos meses es unir el naranja y el verde con el negro. Tres colores obligados a entenderse. Looks femeninos con shorts cortos que siempre se combinan con botines (39,99 euros) para acierto final; salvo cuando estos pantalones se les añaden flecos.
La idea de la fiesta es también alternativa, con estampados nada clásicos o habituales de su público. Las mariposas llegan a Bershka a lo grande. Volvemos a ver la clave de unir medidas ajustadas con prendas amplias.
La fiesta se ve incluso de forma minimalista, con ajustados vestidos geométricos que se combinan con camisas amplias (15,99 euros) y maxi cardigans muy finos con mínimos destellos.
Navajo hasta en los little black dresses que se combinan con blazers negros básicos cuya forma de lucirlos es remangados.
Después aparece la rejilla con varias capas.
Y las camisetas hippies de estampados horribles.
BSK, la línea joven echa por tierra sus esfuerzos
Bershka tiene unos valores relacionados a la marca que muchos no podemos evitar pensar siempre que oímos su nombre. Menos aún cuando entras en una de sus tiendas con una música maquinera atronadora. Este lado es precisamente el que sale a relucir en el último lookbook de diciembre de BSK, la línea joven.
Conjuntos poco defendibles y más habituales de los que muchos creen que es Bershka. El rosa y el negro copan todo y la fiesta es su contexto.
Looks donde lo “rockero” tuvo tiempos mejores y generó en una espiral de autodestrucción con encaje incluido.
Jeggings con conjuntos en los no falla el maquilla y estilismo de la modelo.
Aparecen las sudaderas, sudaderas que con esa carta de presentación no transmiten nada bueno.
Opciones más formales que al final caen solas por el contexto.
Tanto cuero sintético puede hacer peligrar una discoteca.
Jerséis de punto, shorts y botas militares en una de las pocas combinaciones salvables de BSK. Rodo ello en gris y negros, frente a tanta atracción por los colores llamativos anteriores.
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