Créanme, entre todo el ruido provocado pro la Semana de la Moda de Nueva York, todavía es posbile que existan eventos que lo engrandezcan de edición en edición. Esta vez fue gracias al innigualable Roberto Cavalli, quien no sólo reunió a lo más de lo más en una fiesta increíble, sino que nos demostró cuan fuerte es el llamado de sus diseños.
El motivo de tan exhorbitante afluencia de famosos no fue otro que la apertura de la tienda de Just Cavalli en el 665 de la Quinta Avenida, entre las calles 52 y 53. O sea, en pleno corazón de la Gran Manzana que ahora tiene su propia tienda de la supuestamente colección más barata y juvenil del diseñador. Que finalmente es Cavalli y lo vale.
Entre sus muchas adictas pudimos ver a una Jennifer Lopez muy tendencia setentera, después de su nuevo filme El Cantante tal vez le quedaron las reminiscencias. Venía ataviada con un enorme sombrero de ala ancha en blanco y un vestido obvio de Cavalli muy relajado, con mangas anchas y un escote enorme, firma característica del diseñador italiano, en un estampado de rayas marrones y beige.
También vimos a una Mena Suvari pelada al rape debido a las exigencias de su nuevo papel en la obra de Heminway llevada a la pantalla grande, El jardín del Edén. Me encanta su vestido, sobretodo los gariboles en el escote que me recuerdan mucho a los inicios de Cavalli y a Versace en los 90's. Además el difuminado en el ruedo es muy original y tentador. Tanto que hasta el diseñador accedió a prestarle sus gafas a la actriz.
Otra que llegó muy compuesta fue Jessica Simpson, quien vestía un lindo pero nada especial modelito, claro si lo comparamos con el de Jeniffer o Mena. Era en rosa pálido, casi nude con un detalle en negro en el cuello y en medio del pecho. Iba tan restirada en el peinado que parece ser que los ojos no podía ni cerralos.
Ya ven y que decir de la que luego se armo dentro. Eso si no puedo contarselos de primera mano.
Vía | Just Jared