Qué cosas la edad. Te pasas media vida queriendo ser mayor y otra media queriendo ser pequeña. Nunca estamos contentos con la que tenemos. Soñamos que la felicidad y el éxito está en la siguiente década, o en la anterior, pero no en nuestro lugar. La cirujía estética, los shorts minis o la moda vintage hacen a las jóvenes mayores y a las mayores jóvenes. Como le ha ocurrido estos días a Lady Gaga, Celine Dion y Sharon Stone.
Lady Gaga logra lo que nadie quiere. No sé si su pelo y su color y sus pintas pretenden emular a alguien cool, a quien debamos seguir o venerar. Pero a mí me parece el disfraz perfecto para encarnar a la bruja de la cabaña del Señor de los Anillos. Una con miles de años, arrugas y una nariz respingona. Pero no seguiré hablando de ello, no me lance un maleficio que haga que mi ratón se convierta en calabaza.
Lo mismo le ocurre a Celine Dion, pero al revés, quien está estos días en París. Pantalones pitillo, gran fular al cuello y casaca militar con un pelo largo y khol en su mirada. ¿Tiene 20 años? No, 45. Podría ser ella, podría ser yo y podría ser una chica de 18 años muy estilosa. ¿No os parece? No se trata de cambiar tu rostro, como le ha ocurrido a Renée Zellweger y cuyos cambios faciales, para peor, siempre para peor, están siendo portada estos días. Hablamos de mantener tu cuerpo a raya y tu armario en su punto.
Por otro lado tenemos el fenómeno contrario y que aplaudo. Lo aplaudo tanto que ojalá pueda imitarlo yo en unas décadas. Se trata del fenómeno que borra la edad, las cifras y nos viste a todas por igual. Por igual no, viste a Sharon Stone con 55 años, de una manera informal y mejor que muchas veinteañeras. Ella se encuentra en el aeropuerto de Los Angeles y viste chaqueta dorada y pantalones desteñidos. Olé.
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