Las chicas de talla por encima de la 40 también nos enseñan cómo visten: "plus size" bloggers

El extendido fenómeno de los blogs de estilo de chicas anónimas que nos enseñan cómo visten y que nacía no hace demasiado como revulsivo a lo inalcanzable y muchas veces irreal de las revistas de moda, parece que se ha convertido ahora él mismo en distante. Y es que al final estos diarios de looks hechos principalmente a base de prendas low cost, y con un ánimo rompedor y cercano, al final no son un espejo tan genuino en el que mirarse: ni esas protagonistas que presumían de anonimato son tan desconocidas, ni su sentido de la moda dista tanto de lo que llevan muchas celebrities, ni sus físicos son tan diferentes de los de las modelos.

Porque este terreno parece que lo pisan solamente niñas con perfiles de maniquí...¿dónde están las bloggers con talla por encima de la 40? ¿No existen, se esconden, o no interesan?

Valerie, una bloguera belga sin complejos, desmitifica eso de que hay tendencias que no le sientan bien a todo el mundo y desde su pequeño rincón del mundo no tiene prejuicio ninguno en darnos en las narices con su desparpajo. No le tiene miedo ni a los volantes, ni a los colores pastel, ni al encaje, ni a los botines peep toe . Para que luego nos andemos con remilgos…Independientemente de cuál sea o no su peso ideal esta chica es todo un descubrimiento porque pasa de esteriotipos y vive la moda.

Gabi de Young, Fat & Fabolous se atreve con pitillos, stilettos , medias de rejilla y minifaldas muy minis. Y da gloria verla, la verdad. Tiene un estilazo, muy editorial, sí, pero justamente esa es su gracia porque traslada todo aquello que se supone solamente tiene cabida en una talla 36, a una 42 o más.

Como he dicho antes, demagogias aparte, no hace falta tirar de discurso barato para reseñar que al final el mundo de la moda es como una muñeca rusa de la que se desgranan diferentes realidades: una de ellas, las tallas (más grandes). Y estas chicas al final lo único que hacen, como tantas otras que tienen un blog como canal de desahogo, es mostrar una faceta, por qué no, un pelo exhibicionista, sin más ánimo que el de dar a conocer un hobby, una habilidad, o una pasión pero con el plus de romper un canon.

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