Tal y comentamos ayer, los duques de Sussex han vuelto a Europa tras dos años al otro lado del charco para la celebración de los Premios Invictus que tienen lugar en La Haya. Así, tras el caluroso recibimiento, Meghan Markle y el príncipe Harry acudieron a la inauguración de este deportivo para militares heridos en acto de servicio que se celebra este mes en Países Bajos.
Para un momento tan especial como este, los duques se mostraron de lo más cariñosos y hasta se dieron un beso en el escenario que todo el público aplaudió.
Para esta ocasión, Meghan Markle apostó por un binomio que nunca falla: el blanco y el negro. De hecho, lo hizo con un look de lo más sencillo compuesto por un body de la firma neoyorquina Khaite, dejando sus hombros al aire, un pantalón recto negro y unos salones negros de Manolo Blahnik con un resultado elegante, discreto, no demasiado formal y muy favorecedor.
Eso sí, tampoco podemos dejar de lado el outfit de la tarde cuando Meghan lució una preciosa chaqueta de tweed de Celine con unos vaqueros de Moussy, unas bailarinas de Chanel y un bolso también de Celine, Sin duda, un look todoterreno y básico que nos encantó y que sabe defender a la perfección.
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Fotos | Gtres