Ella mira hacia atrás, se siente insegura, piensa en su vestido, sus curvas, sus tacones y en que por Dios, no se caiga. Eso al menos me imagino yo en su lugar. Porque si posar en una alfombra roja debe ser de las experiencias que más pongan a prueba tu autoestima, hacerlo embarazada es ya una prueba de titanes. Kate Winslet la supera y con creces.
Dicen que las embarazadas desprenden una luz especial, una belleza más serena, y mejoran en su rostro y su sonrisa. Nosotras sin embargo, lo que nos suele preocupar es el cuerpo y las curvas, pero no lo suficiente para empañar algo tan maravilloso. Por eso Kate ha debido decidir que ya que tiene que lucirse a ella y a su tripita, debe hacerlo a lo grande. El lugar ha sido Londres y el estreno de su último film, "Labour day", en el que ha querido recalcar su embarazo con sus posturas y la posición de su mano.
Se ha decantado por el color más llamativo, el rojo, así que parece que el disimular no es lo suyo. Bravo por ella. Luce un vestido con cristales de Swarovski de Jenny Packham, junto a pendientes de De Beers y el bolso de satén negro "Traviata" de Christian Louboutin así como sus zapatos modelo "Angelique".
La diseñadora británica está siendo su favorita desde que quedara embarazada en sus apariciones públicas y no lo es por que pretenda ocultar nada sino más bien al revés. Si tuviera que ponerle un pero, serían las hombreras, que hacen su figura más cuadrada. Por lo demás, simplemente perfecta, simplemente Kate.
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