Hace poco más de 10 años, cuando aun seguía en la retina el boom de las supermodelos, pocos podrían imaginar que una española llegaría a desfilar para los grandes diseñadores en las principales pasarelas del mundo, a excepción por supuesto de Esther Cañadas que por aquel entonces seguía aprovechando el tirón mediático que le otorgó su romance con Mark Vanderloo.
Pero el éxito de Esther Cañadas se fue diluyendo al mismo tiempo que una madrileña llamada Marina Pérez se iba convirtiendo poco a poco en nuestra apuesta más internacional. Hoy en día y tras una década de dilatada carrera llega el turno de hacer balance y repasar lo más destacado dentro de su trayectoria que no es poco.
Al contrario que muchas modelos que sospechosamente son descubiertas en un restaurante o en una parada de metro, los primeros pasos de Marina Pérez en el mundo de la moda estuvieron perfectamente estudiados por su madre, una de las grandes artifices de su éxito. Ella ingresaría a su hija con tan solo 11 años en una agencia, y desde entonces Marina Pérez ya sabe lo que es trabajar como modelo.
De hecho a los 12 años ya protagonizaría catálogos y a los 14 aparecería en campañas de El Corte Inglés. Pero no sería hasta los 17 cuando da sus primeros pasos como profesional de la pasarela. Sería en febrero del 2002 cuando fue seleccionada para participar en la pasarela Cibeles. Allí hizo su debut para Miguel Palacio, aunque unos meses antes ya la veríamos en la portada de la revista Elle en su versión española.
Su despegue internacional le vendría un año más tarde, en el 2003. Ese año sería premiada como modelo revelación en la pasarela Cibeles y a partir de ese momento se le empezarian a abrir unas puertas que hasta entonces eran impensables para una modelo de sus características.
Primero la veríamos en campañas de firmas españolas como Mango, Pronovias, Massimo Dutti o Victorio & Lucchino, protagonizando la campaña del perfume Agua de Rocío.
Unos meses más tarde sería el jefe de casting de CK el que pusiera sus ojos en ella, proponiéndola para desfilar en exclusiva durante la Semana de la Moda de Nueva York. A partir de ese momento su trayectoria toma un giro radical, su proyección internacional era imparable a pesar de ser una modelo relativamente baja en comparación con las modelos actuales. (1,75 m)
En el 2005 la veremos desfilar entre muchos otros para Dolce & Gabbana, Chanel, Prada, YSL, Dior y así un largo etcétera consiguiendo un número de desfiles completamente impensables para una modelo española.
Al mismo tiempo que protagoniza campañas de primer nivel, de hecho ese mismo año ya la tendríamos en la campaña de Jimmy Choo por Mario Testino y en la de D&G junto a Bianca Balti o la de Moschino.
Sus trabajos más destacados
Precisamente sería a partir de 2005 cuando veríamos sus trabajos más importantes en el mundo de la moda coincidiendo también con una bajada de peso realmente llamativa para su constitución.
A los ya comentados trabajos de Jimmy Choo y D&G se les sumaría la campaña de Bvlgari y también la de Giorgio Armani donde ya se puede apreciar ese cambio respecto a temporadas anteriores.
Tampoco podía faltar uno de sus últimos trabajos para Marc Jacobs, concretamente para la línea Marc by Marc Jacobs en su campaña de verano 2010 fotografiada por Jurgen Teller...
...y tampoco su campaña para la firma española Loewe que demuestra que es una modelo muy versátil y que se adapta a muchos registros, algo fundamental en la actualidad para cualquier modelo que quiera triunfar a este nivel.
Marina Perez en el 2011
Hasta este 2011 nuestra modelo más internacional podía presumir de ser muy regular y de seguir siendo muy demandada en numerosos desfiles internacionales, aunque este último año ha puesto freno a su frenético ritmo de trabajo, de hecho ha desaparecido de las pasarelas de Nueva York, París y Milán donde era una imprescindible.
Esto también se ha notado en su rostro, ha vuelto a recuperar algún que otro kilo y sus facciones se han redondeado como en sus comienzos, lo que le hace aún más atractiva en mi opinión.
Eso sí, hemos podido disfrutar de su presencia en Cibeles donde esta admiradora de Erin O'Connor sigue siendo básica, aunque ya la empezamos a echar de menos en las grandes citas internacionales.
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