Tu foto favorita puede ser dos veces mejor

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Desde que los smartphones llegaron a nuestras vidas nos pasamos el día haciendo fotos. Para enviarlas por Whatsapp, para colgarlas en Instagram, para subirlas a stories con una etiqueta divertida, para ponerle un filtro de Snapchat que nos convierta en un adorable animalillo…

El caso es capturar cada momento. ¿Será ese espíritu you only live once (YOLO) tan característico de los millennials lo que nos lleva a retratarlo todo? Sea lo que sea lo que nos motive —y si vamos a seguir subiéndonos a las sillas para hacer fotos cenitales de todos los brunchs que comamos—, más vale hacerlo bien.

Y para eso, además de un buen terminal que nos permita mostrar al mundo 2.0 nuestra creatividad y los lugares tan cool por los que nos movemos, necesitamos un poquito de técnica. Aquí van una serie de tips para que esa foto que se dibuja en tu cabeza sea la misma que la que aparece en tu pantalla. ¿Tienes la batería a tope para probarlos todos?

La magia del primer plano

Reconozcámoslo: nos fascinan esos retratos con fondo desenfocado que vemos en los perfiles de nuestras instagramers favoritas. El like nos sale casi sin querer. Y suspiramos por tener en nuestra galería una imagen así.

Si crees que esos fotones son solo cosa de las influencers, echa el freno y lee con calma. No necesitas una súper réflex para conseguir ese bokeh —así se llama ese efecto que resalta las figuras del fondo— en un retrato.

 

Solo necesitas un dispositivo que pueda ofrecértelo. Como el Asus Zenfone 4, que con su dual camera —sí, has entendido bien: es un teléfono con dos cámaras integradas—, te permite colocar a alguien en primer plano y, en un disparo, hacer que el fondo quede con ese estilo blurry que nos encanta. ¿Ya estás pensando dónde posar para tener en tu feed una de esas fotos con lucecitas desenfocadas?

Consejo experto: combina tus complementos con el fondo de la imagen. Aunque este vaya a estar más bien borroso, una buena mezcla de colores hará el resultado aún mejor.

Todo un detalle

Resaltar figuras del fondo queda ideal en los retratos, pero también en los primeros planos de objetos. Esa tarta que vas a merendar con tu amiga, los anillos que te regaló tu hermana el pasado cumpleaños o esa manicura que acabas de rematar también merecen un bokeh.

Más paisaje, más recuerdo

Ya solo algunas románticas de lo analógico y del papel revelan o imprimen las fotos de sus vacaciones. Lo que la mayoría de mortales hacemos es crear álbumes en nuestros móviles para guardar y ver las instantáneas de los viajes.

 

Pero a veces, cuando nos ponemos a repasar esas escapadas, vemos fotografías en las que se cortó ese puente tan bonito, otras en las que no aparece el viejo tranvía que llegaba por la derecha o que tú, que le prestaste el teléfono a un desconocido para que os hiciera la foto, no sales junto a tus amigos.

¿Cómo poner fin a la tiranía de las imágenes que no captan tanto como querríamos? La dual camera del Asus Zenfone 4, que incorpora un gran angular, es la solución. ¿Te suena a chino mandarín eso de “gran angular”? En resumen: es un tipo de objetivo que abarca mucho más campo visual y que permite que fotografíes mucho más espacio.

Cuando lo emplees, nadie saldrá con un brazo cortado en la foto que vais a subir a Facebook, podrás enseñarle a tu madre lo bonita —y amplia— que es la ribera del Támesis y capturarás perfectamente el skyline de Nueva York cuando viajes allí (por fin) el próximo verano.

Mira como nadie más lo hace

Ir a París y hacer una foto de la Torre Eiffel es lo más sencillo. Encontrar puntos distintos desde los que mirar al mundo —y enseñarlo— es el reto. No te quedes con lo típico y pon a prueba tu creatividad: agáchate para sacar unos tacones a ras de suelo, túmbate en la calle para levantar tus pies al cielo y fotografiar así tus sandalias favoritas o súbete a un taburete y retrata desde ahí lo bonita que ha quedado vuestra mesa para esa cena especial.

 

Si las nuevas tendencias (hasta las más locas) no te dan ningún miedo, ¿por qué iban a asustarte las perspectivas originales? Posdata: el gran angular que antes mencionábamos también es un gran compañero de la innovación en las fotos.

Larga vida a la simetría

Será porque nuestro cerebro la adora o porque el cine de Wes Anderson nos ha calado hondo, pero lo cierto es que la simetría en las fotos nos chifla. Truco tanto para cuando dispares como para cuando edites: busca las líneas rectas para alinear con ellas el paisaje, deja el mismo espacio vacío a un lado que a otro y colócate 100% enfrente de aquello que vayas a fotografiar.

Enfoca, dale al disparador y comparte. Los likes están asegurados: la simetría nos gusta casi tanto como los retratos con fondo desenfocado.

No sin mi selfie

Que vivimos en la era de las autofotos es indiscutible. Allá donde vayas verás gente estirando el brazo y poniendo ojitos a su teléfono. Si tú eres otra de las devotas de esta religión —bienvenida al club—, toda mejora en el universo selfie te parecerá lo más.

Y, después de haberte contado las bondades del gran angular y de que hayas caído rendida ante las posibilidades del bokeh para mejorar las fotos de tus looks, seguro que te sonará bien que te digamos que puedes tener un teléfono con dos cámaras en la parte frontal.

“¿Para qué?”, te preguntará tu amiga, esa que no entiende tu pasión por los autorretratos. “Para hacer selfies más nítidos y más luminosos”, le dirás tú.

Esa será una buena respuesta. Porque con un terminal así podrás retratar hasta el más mínimo detalle de tu look de maquillaje (incluso en el pub de moda, gracias a su flash LED) y potenciarlo con la app SelfieMaster. Para algo te has pasado media hora perfilándote los labios, ¿no?

Imágenes | Unsplash - ANGELA FRANKLIN, @lovelypepa, @mirandamakaroff, @belenhostalet

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