Se la echaba de menos. Y ha vuelto para deleite de nuestros ávidos ojos de su particular estilo callejero. De su London Calling canallesco. No sabemos dónde se había metido, pero lo importante es que ha vuelto. Y con escándalo incluido, por aquello de no defraudar a su legión de incondicionales fans. Y es que si no fuera instigadora de alguna polémica o escándalo, no sería ella.
Reaparecía hace unos días para promocionar su nuevo perfume, y por mi como si quiere sacar una línea entera de cosméticos, no estaría mal que nos contara algunos de sus secretos, ya no tanto de belleza, como de encandilamiento.
Aquí la vemos en una de sus salidas nocturnas alrededor del planeta, que lo suyo no es la vuelta al mundo en ochenta días, sino el tour mundial a fiestas y clubs, pero nada, que salga todo lo que quiera, que nosotros estareMoss alerta y observaremos con gusto su charme noctámbulo y sus pertinentes borracheras. Eso sí, que no se exceda, porque esta vez no solamente es noticia su patente estado de embriaguez en una distoteca berlinesa (la famosa Watergate), sino la pérdida de sus extensiones entre sorbito de champán y meneo compulsivo a golpe de cadera.
Anécdota patética aparte estaba espléndida con un minivestido joya de la última colección resort de Marc Jacobs.
Vía | marieclaire
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