Todo listo y dispuesto. 6 meses de arduo trabajo, los gurús de la moda en tu front row, los focos listos paras iluminar... y el montaje se desmorona. Así comenzó el desfile Primavera-Verano 2012, con la audiencia de pie debido a la caída y rotura de los bancos en los que iban a sentar sus posaderas enfundadas en la última tendencia. Pero si la concurrencia lo vio de pie, de pie también terminó.
Balenciaga, más bien Ghesquiere, bien merecían ser idolatrados de pie. Porque su revisión de los archivos del maestro siempre nos trae cosas nuevas, porque logra dar a sus clásicos volúmenes un aspecto novísimo. Porque sus desfiles no son cosa de estilismo sino de costura.
Con la música de Twin Peaks salieron las modelos a desfilar y con un amén volvieron a su sitio. El amén de todos los que allí estaban a sus maravillosos complementos, su revisión del color block, sus cortes por la cintura envueltos en hombros desmesurados y tejidos iridiscentes.
Maravillosa la pamela, maravillosos los botines.
Entre las estrellas y el estampado de leopardo, nunca se había visto nada parecido. Y eso, pocos lo logran en unas temporadas en las que todo son revisión de, recuerdos de, pero sin mirar a (al siglo que viene).
¿Mezclas imposibles ¿O creatividad de un genio?
En trendencias | Mucho glamour en la gala de Balenciaga & Spain, Balenciaga Otoño-Invierno 2011/2012
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