Lo más probable es que más de una y de dos de nosotras hayamos sufrido o sufrimos algun problema con nuestra autoestima y encontremos algo de nosotras mismas que no nos guste. Todas sabemos la importancia de cuidar de nosotras mismas, de nuestra autoimagen y de mimarnos y aprender a cultivar esta autoestima.
Sin embargo, en muchos casos puede resultarnos complicados e, incluso, entre las personas más seguras de sí mismas, se pueden dar momentos de debilidad y duda. Sin embargo, estos problemas de autoestima pueden entrar dentro de la normalidad, no siempre afectan a nuestra vida e, incluso, pueden resultar algo más sencillas de superar.
Para otras personas, sin embargo, las dudas sobre su autoimagen y sus problemas de autoestima pueden sobrepasar la normalidad relativa para pasar a ser motivo de rechazo de su propia persona e, incluso, suponer una patología.
Trastorno del espejo o dismórfico corporal
Una de las características más significativas del trastorno dismórfico es que no solo se tiene lo que se podría considerar como una baja autoestima, sino que las personas que lo sufren no son capaces de dejar de pensar en uno o varios defectos concretos que ellos mismos perciben en su físico.
Estos defectos que ellos perciben de manera muy clara y exacerbada, para las personas que los ven o los rodean pueden ser mínimos o, incluso, inexistentes. Sin embargo, para estas personas ese defecto -o defectos- que ven es tan acusado que les provoca serias consecuencias como la vergüenza, la preocupación excesiva o el aislamiento social.
Estas personas pueden dedicar mucho tiempo a mirarse en el espejo constantemente, a intentar disimular el defecto que ven o a buscar maneras de ponerle solución. En algunos casos pueden optar por llevar a cabo cirugías que les ofrecerán una satisfacción momentánea, pero a largo plazo volverán a percibir ese u otro defecto que les generará la misma angustia.
La percepción de un defecto que nadie más ve
El primer signo es el de percibir en uno mismo un defecto o varios muy concretos, pero que los demás no perciben y, sin embargo, para ellos es muy evidente y molesto. Tanto es así que estas personas pueden llegar a creer que este defecto no solo es molesto, sino que les vuelve desagradables y deformes a la vista de los demás - y de sí mismos -.
A pesar de que las demás personas no vean para nada el defecto que atormenta a los afectados, pueden sentir que todo el mundo les mira y se dan cuenta de que tiene ese rasgo e, incluso, que se burlan de él.
Los afectados por el trastorno dismórfico corporal tienden a intentar esconder el defecto percibido con maquillaje, ropa, su propio pelo, e, incluso, intervenciones de cirugía estética. Además, esta preocupación por su apariencia física les puede generar una gran ansiedad, comportamientos compulsivos y problemas en su vida social y laboral.
Este trastorno tiene diferentes grados, algunas personas se dan cuenta de que es algo que solo perciben ellos, pero que no es real, mientras que otras están absolutamente convencidas de que lo que ven es cierto sin lugar a dudas.
Causas y consecuencias múltiples
Por el momento no se sabe exactamente cuáles son las causas concretas detrás de este trastorno, pero podría depender de causas genéticas, de diferencias concretas en el cerebro o de las experiencias vividas en nuestro entorno - como maltrato, bullying, etc. -. Además, el vivir en un entorno que ponga mucha presión en las expectativas de belleza pueden afectar.
Este trastorno puede suponer algunas consecuencias para las personas que lo padecen, pudiendo generarles depresión, ansiedad, trastornos de alimentación, ideaciones suicidas, trastorno obsesivo compulsivo, daños físicos provocados por los comportamientos llevados a cabo para eliminar el defecto, o abuso de sustancias.
Es por ello que resulta tan importante que se detecte cuanto antes este trastorno y las personas que lo sufren reciban un tratamiento adecuado. Los profesionales de la salud mental, como los psicólogos, y nuestros médicos, podrán ofrecernos tratamientos adecuados, basados en terapia y medicamentos, que nos ayuden a sobreponernos.
Imágenes | Pexels