Si sentes cansancio, falta de motivación, irritabilidad, se te olvidan las cosas o sueñas con la mascarilla... es muy posible que estés sufriendo lo que se conoce como las pequeñas fatigas de la pandemia.
Ahora que el verano se asienta al fin a nuestras vidas, y casi un año y medio después de convivir con el virus, la vuelta a las constantes restricciones y la sensación de que la situación parece no tener fin vuelven a pasarnos factura. "En estos momentos de la pandemia todos estamos agotados. No de cansancio físico, sino de cansancio mental. La pandemia ha traído consigo una serie de cambios en nuestros hábitos de vida sociales, profesionales, personales que han alterado nuestras emociones", sostiene la psicóloga Patricia Ramírez.
La conferenciante nos explica que la fatiga pandémica se manifiesta como cualquier otra fatiga de tipo mental: estar irascible, cansado, saltarse los hábitos de vida saludables, tener problemas de sueño, ganas de llorar, falta de atención y concentración, sensación de indefensión, no entender las emociones, apatía... Y advierte que estos síntomas se pueden confundir con un trastorno del estado de ánimo.
Como conclusión, esta sensación provoca un malestar en la vida diaria que muchos no sabemos muy bien cómo gestionar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó el término de fatiga pandémica para hacer referencia a los síntomas emocionales y físicos derivados de la COVID-19 y de las consecuencias que esta pandemia ha traído para todos:
1. Sentirnos cansados o agotados
La situación creada por la pandemia está poniendo a prueba nuestras estrategias de afrontamiento. Sientes que tienes que luchar para no procastrinar o probablemente te cueste madrugar y llegar a tu hora a los sitios. Además, pospones los planes de salir con tal de acostarte a las 21 horas. O bien tienes somnoliencia toda la tarde y te cuesta recordar tus listas de cosas que hacer y ahora tienes que apuntarlo todo... ¿verdad?
Es lógico lo que te está pasando y muy probablemente sea un cansancio mental. Este agotamiento, que se manifiesta de forma corporal, puede ir acompañado de una reducción de la motivación para realizar ciertas tareas.
2. Anhedonia o la incapacidad de sentir placer
Entendida como la incapacidad para disfrutar de las pequeñas cosas que antes disfrutabas. En definitiva, se entiende como la falta de ilusión que no comprendes.
La anhedonia es uno de los síntomas que ha ido haciéndose más habitual a medida que se ha ido prolongando esta situación de incertidumbre y nos impide sentir placer. Además, en los últimos meses hemos pasado tanto tiempo en casa que es normal que haya muchos momentos de aburrimiento o poca motivación.
Puede ser física, social... y suele aparecer de forma puntual. Por eso, es importante no confundirlo con la depresión. La psicóloga Mónica Jiménez argumenta que puede convertirse en depresión cuando la situación empieza a producir mucha tristeza, y acabamos siendo incapaz de manejarla: "Nuestro diálogo interno, el cómo nos hablamos y lo exigentes que seamos con nosotros mismos tendrá mucha importancia a la hora de desarrollar una depresión".
3. Cambios de humor inexplicables
¿Recuerdas el dicho "la risa es la mejor medicina"? Pues bien, la risa puede disminuir las hormonas del estrés en nuestro cuerpo ya que es una herramienta súper poderosa.
Es lógico que estemos más irritables o malhumorados de lo normal. En definitiva, esta situación nos provoca irritabilidad, sensibilidad a todo, falta de paciencia, mezclados con episodios de mejor humor y cierto bienestar...
4. El efecto del día de la marmota
Todo es repetido y aburrido en tiempos de pandemia. Especialmente durante el confinamiento duro del pasado año. La apatía se refleja en nuestros días y sentimos que los días son como el Día de la Marmota. Se repiten una y otra vez, y aburren. El hartazgo es, además, uno de los principales factores por los que se incumplen las medidas sanitarias.
5. Insomnio
Según La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), la fatiga pandémica se asocia a problemas de insomnio. En concreto, este cansancio generalizado produce distintos tipos de insomnio, como el insomnio de conciliación, insomnio de mantenimiento o el insomnio de despertar precoz.
Comportamientos para recuperarte
La experta recomienda visitar a un experto en caso de que estemos sufriendo más de la cuenta, especialmente si no sabemos si estamos sufriendo fatiga o depresión.
Además, nos anima a atender exclusivamente a aquello que sea controlable y nos anima a hacernos la siguiente pregunta: "De los problemas que ahora te preocupan, ¿qué puedes atender tú personalmente?". Y termina aportando ciertos comportamientos para evitar el cansancio acumulado:
- Regula la información que consumes… y que esta información sea veraz.
- Puedes probar a practicar cualquier actividad que ayude a regular tus neurotransmisores: ejercicio físico, meditar, comer de forma saludable y no robarle horas la sueño.
- Practicar el autocuidado es maravilloso: rutinas de higiene, belleza, encender velas, un baño caliente con música... Haz tu vida más bonita. Decora, entretente en los detalles...
- Regula tus emociones: relajación muscular, meditación, respiración, yoga, escuchar música relajante
- Que la pandemia no sea el monotema entre amigos, familia, trabajo…
- Acepta tus emociones, no luches contra ellas. Y por supuesto, no te juzgues por sentir.
- Busca cosas que te diviertan y saquen una sonrisa: disfrutar de una cena con tus amigos, una buena comedia, monólogos, un libro, chistes...
Imágenes | The O.C.