Ser mentalmente fuerte se ha convertido en una necesidad. Enfrentándonos como lo hacemos a desafíos como la presión constante de las redes sociales, la incertidumbre económica o el cambio climático, la fortaleza mental resulta imprescindible. El 50% de los jóvenes de la Generación Z lidia con algún problema de salud mental, así que esta no es solo una aptitud recomendable, sino absolutamente necesaria.
Saber enfocarnos en lo que podemos controlar y no en aquello que está fuera de nuestro alcance, o buscar el lado positivo hasta en las situaciones más complicadas es un buen comienzo según explica Scott Mautz en algunos de sus libros. De hecho si ejercitas la confianza, la toma de decisiones o la autoconversación positiva, estás trabajando tu fortaleza mental.
Trabajó como ejecutivo de Procter & Gamble, donde dirigió varios de los negocios más grandes de la compañía y ha escrito libros como ‘Leading from the Middle’ o ‘The Mentally Strong Leader’ en el que enseña algunos trucos y hábitos para desarrollar fortaleza mental que no solo sirven para los negocios, sino para la vida.
Como experto en liderazgo e instructor de LinkedIn Learning, y después de 30 años investigando qué hace que las personas, y especialmente los líderes, sean mentalmente fuertes, ha descubierto que existen algunas frases que si te dices a ti mismo con regularidad, demuestran que eres mentalmente más fuerte que la mayoría.
“Soy suficiente”
Como el experto explica en la CNBC, sentir lo contrario es muy fácil, especialmente si tendemos a compararnos con el resto como ocurre con las redes sociales. Creemos que nuestras diferencias con el resto son un impedimento para el éxito, pero lo que nos hace diferentes puede ser justo el impulso que necesitamos. “La única comparación que puedes hacer que sea realmente relevante es entre quién eres hoy y quién eras ayer”, explica. Alguien con fortaleza mental se recuerda a sí mismo esto para reforzar su confianza.
“¿Estoy controlando aquello que está en mi mano?”
Si miramos a los objetivos a cumplir y dejamos de preocuparnos por aquello que no podemos controlar, conseguiremos enfocarnos mucho más en su consecución. Lo que no depende de nosotros, es un accesorio ni no algo sobre lo que rumiar una y otra vez.
“¿Qué posibilidades presenta este problema?”
En lugar de centrarnos en el fracaso, alguien resiliente y con fortaleza mental ve la oportunidad en el error o en el problema que se presenta ante nosotros. “Ejercitas tu fortaleza cuando te ayudas a ti mismo y a los demás a concentrarse en las oportunidades que surgen en la adversidad, en lugar de en las limitaciones”, asegura. No se trata de ver los errores sino las oportunidades que estos provocan.
“Tendemos a centrarnos en lo que hemos perdido debido a la adversidad, como tiempo, dinero, progreso, confianza en nosotros mismos, nuestra identidad o incluso nuestro trabajo.
Las personas mentalmente fuertes se centran en lo que todavía tienen ante la adversidad y en las posibilidades que se les presentan ahora”. Es decir, no ven lo que pierden sino lo que podrían ganar al perderlo.
“¿Cuánto me está costando ser indecisa?”
Hacerte esta pregunta es un boost para nuestro éxito. Según el experto, la capacidad de decisión es un sello distintivo de las personas mentalmente fuertes: “No se obsesionan con lo que sucederá si toman la decisión equivocada ni se paralizan por el miedo a tomar la decisión equivocada. Se recuerdan a sí mismos y a los demás que deben ser conscientes de lo que sucede cuanto más se retrasa la decisión”. Si pensamos que fracasar es una oportunidad de aprendizaje, no debería darnos tanto miedo equivocarnos.
“Puedo hacer esto”
Existe una gran diferencia entre decir debo hacer estoy puedo hacer esto. “Este replanteamiento de una sola palabra desbloquea la gratitud y te hace sentir revitalizado cuando las tareas de tu trabajo te están desgastando”, explica Mautz. Con el puedo hacer esto dejamos de lado la obligación y tomamos la decisión de hacerlo desde la libertad. Además mostramos confianza en nuestras capacidades y eso, tiene un impacto en nuestra autoestima.
“¿Me estoy permitiendo soñar en grande?”
Pensar que lo bueno solo le sucede a otros. Dejarnos llevar por la rutina, las tareas o las distracciones del día a día. Cuando vamos en modo automático no nos damos cuenta de que no estamos soñando, sino simplemente dejándonos llevar. “Las personas mentalmente más fuertes tienen la costumbre de pensar en grande. Se han dado permiso para hacerlo y alientan a otros a hacer lo mismo”, explica Mautz.
Eso no significa que nos sumemos a la filosofía viral “delulu is the solulu”, sino más bien que nos permitamos tener un objetivo mayor que el que a priori nos parece que podemos conseguir. “Debes creer que puedes soñar en grande, que a personas como tú les pueden pasar grandes cosas. Pensar en grande y ser audaz te ayudará a forjar una versión mejor y más exitosa de ti”, asegura el experto en liderazgo.
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Fotos | Euphoria
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