Ruby Rose ha sido la última víctima famosa que se ha cobrado Twitter. La actriz cerró su cuenta tras el acoso recibido cuando anunció de que sería la próxima Batwoman. Pero no es la única ni mucho menos. ¿Qué está pasando con la que fue la red social de moda?
Lo que en un primer momento comenzó como una red social divertida, tremendamente ágil y que facilitaba el contacto de los celebrities con sus fans, ha terminado por convertirse 12 años después en, para muchos, una cuna de trolls que dedican su tiempo a increpar, criticar y cuestionar todo lo que publican los famosos.
Una exposición que es un arma de doble filo
La sobreexposición a la que las celebrities se someten tiene dos caras. Por un lado supone una maravillosa forma de acercarse a sus fans, y por otro cuentan con muchos más ojos vigilantes que antes de que existieran las redes sociales. Cualquier comentario, aparición pública, opinión o publicación puede ser motivo de un ataque.
Ed Sheeran es un claro ejemplo de ello. En la séptima temporada de Juego de Tronos apareció como un soldado de los Lannister. El cameo desencadenó una guerra entre los que odiaban el que hubiera aparecido y los que adoraban el guiño. ¿El resultado? El cantante decidió cerrar e irse de la red social.
Otro ejemplo es Milley Bobbie Brown. La protagonista de Stranger Things dejó Twitter el pasado 14 de junio tras convertirse en un meme homófobo. Y Dulceida también lo abandonó un día antes, cansada de los ataques diarios a los que era sometida.
Javier Ambrossi abandonó también esta red social porque:
“No quiero formar parte de una realidad donde constantemente se falta al respeto a los demás, se acosa, se multiplican mentiras, se exageran cosas y se generan falsos ríos de opinión. Estamos llegando a unos límites de radicalismo que no comparto y que rozan el peligro. Respeto profundamente la libertad de expresión pero no quiero participar de este juego”.
Por la boca muere el pez
Pero no todo son haters. Hay famosos que han dejado Twitter por su mala pata escribiendo. Una vez enviado el tuit la única manera de arreglar un descuido es borrando y con tanto ojos mirando, es difícil que se le escape a alguno lo ocurrido. Ese fue el caso de Alec Baldwin, por ejemplo, que abandonó Twitter en noviembre de 2017 tras una discusión con Asia Argento. Metió la pata y tras disculparse, abandonó la red.
Hay ocasiones, como vimos con esta polémica relacionada con Penélope Cruz, en que se ataca sin saber a qué. Fotos que salen publicadas en otros medios, entrevistas, declaraciones y hasta fake news como fue el caso de la actriz española, que apareció en una de las “entrevista imaginarias” de La razón.
No solo de Twitter viven los haters
Son ya muchos los celebrities que han ocultado la publicación de comentarios en Instagram con el fin de “limitar” los ataques recibidos. Taylor Swift o Ruby Rose son algunas de las celebrities que ya lo han hecho.
Y Miley Cyrus ha hecho mucho más: ha eliminado todas sus publicaciones y hasta su foto de perfil para desgracia de sus 76 millones de seguidores. ¿El motivo? Desavenencias con algunos de sus seguidores, acoso reiterado o simplemente, como en el caso de Miley, ganas de desintoxicarse de las redes sociales.
La facilidad de comunicación, la publicidad ilimitada y gratuita de cada uno de sus proyectos o esa cercanía que el público necesita para ver reales a sus ídolos, se da de bruces en ocasiones con la guerra que algunos seguidores tienen contra los famosos en redes sociales. Unos pros que no siempre superan a los contras y que provoca que cada día más famosos dejen de utilizar las redes sociales.
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