El zumo de limón se ha colocado como una de las bebidas de moda a primera hora de la mañana junto con el vinagre de manzana, debido a la cantidad de efectos milagrosos que se les atribuyen y los cuales distan mucho de la realidad. Es cierto que ambas son opciones saludables para incluir en nuestra dieta, pero además de estas propuestas de sabor especialmente ácido, que no siempre encandilan a todos los paladares, existe una bebida cargada de antioxidantes que nos ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre. Efectivamente, estamos hablando de la infusión de moringa.
La moringa proviene de un árbol procedente de Pakistán, la India y Nepal y tiene un alto valor nutricional en el que, como explican desde Vitónica, destaca su elevado aporte proteico que ronda el 30%, así como sus minerales, entre los que se destacan el potasio, hierro, calcio, y vitaminas como la C, E y A, aunque una de sus características más aplaudidas son su alto contenido en polifenoles, antioxidantes muy potentes y beneficiosos para nuestro organismo.
Su potente fuente de antioxidantes no es lo que más nos ha sorprendido de la moringa, sino la presencia de compuestos bioactivos, como isotiocianatos y quercetina, que podrían jugar un papel clave en la regulación de la glucosa en sangre en ayunas, según indica un estudio científico publicado en la revista Nutrients. Los resultados de la investigación sugieren que esta planta podría ser un gran antihiperglucémico natural.
Más allá de ser un must a la hora de regular el azúcar en sangre, la moringa presenta una amplia lista de beneficios relacionados con nuestra salud cardiovascular, ayudándonos a evitar o prevenir enfermedades como la diabetes, aterosclerosis y otras patologías cardiovasculares. Pero eso no es todo, en concreto, las hojas de esta planta podrían ayudar a matar células malignas, por lo que su principio activo podría ser usado para prevenir o incluso controlar el avance del cáncer y la leucemia, según indica un estudio científico.
Cómo añadir la moringa a nuestra dieta
Es evidente que, tras conocer los beneficios de esta planta para nuestra salud, solo pensemos en incluirla en nuestro día a día. Eso sí, tendrás que acudir a tu herbolario de confianza o decantarte por opciones en polvo presentes en escasos supermercados, entre ellos Carrefour. Podemos añadir hojas de moringa frescas sobre las ensaladas o tostadas, o secas coronando nuestros platos como si fuera una especia más de la cocina. Aunque uno de sus formatos estrella es el té de moringa, que se obtiene diluyendo las hojas secas de esta planta en agua, ideal para calmar el gusanillo a media mañana mientras disfrutas de todos sus nutrientes.
Prepara tu té de moringa
Para preparar el té de moringa empezamos colocando las hojas secas de esta planta en un infusor sobre una taza. Tras calentar agua, el resto sería tan sencillo como añadir esta bebida caliente sobre el recipiente y esperar a que infusione la mezcla un par de minutos. Finalmente retirar el infusor y disfrutar al gusto, ya sea con un toque de miel o canela o si se prefiere sin añadir ningún endulzante.
Fotos | Maik Kleinert en Pexels, Thirdman en Pexels
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