Salir a caminar es la actividad deportiva favorita de muchas de nosotras. Nos permite esa conexión del cuerpo con la mente mientras a la par conectamos con el entorno que nos rodea, y es que si algo nos gusta especialmente de este deporte, es que podemos llevarlo a cabo al aire libre, sin necesidad de acudir a un gimnasio. Las calles y los parques próximos a nuestro vecindario se convierten en el circuito perfecto para emprender nuestra marcha diaria en busca de superarnos poco a poco, aumentando el número de pasos o el ritmo. Sin duda una opción perfecta para añadir un poco de actividad física en nuestro día a día.
Bien es cierto que cada vez van apareciendo más variaciones de la clásica caminata, alternativas que prometen coger todos los beneficios de salir a andar y añaden unos cuantos más. De entre esta lista cabe destacar la caminata afgana, una forma de meditación en movimiento que ayuda en esa conexión cuerpo-mente favoreciendo no solo la salud física, sino también mental.
Aunque la idea de la meditación la tengamos asociada a posturas de yoga sentadas sobre el mat dejando la mente en blanco, lo cierto es que esta actividad se puede llevar a cabo en prácticamente cualquier lugar, incluso en pleno movimiento en una caminata. Así nace la marcha afgana, una técnica originaria de Afganistán que ya se ha extendido por todo el mundo y que consiste en caminar teniendo muy en cuenta la respiración.
Integrar la respiración de forma coordinada en dicha caminata hace que vaya difuminando la tensión entre la respiración y la resistencia muscular, permitiendo que poco a poco ambos sistemas trabajen en armonía. Esta técnica, por fácil que parezca, requiere de práctica para poder ejecutarla de forma correcta ya que hay que estar plenamente concentrado en sincronizar la entrada y salida de aire con cada paso para poder obtener beneficios tan importantes como una posible reducción de la ansiedad o la depresión así como una reducción de la presión arterial, según indican las investigaciones llevadas a cabo.
El paso a paso de la caminata afgana
- Empieza a caminar y pon el móvil en modo avión o quita durante el tiempo que dure el recorrido las notificaciones en el mismo. Intenta a su vez no pensar en problemas personales o situaciones del trabajo.
- Tras unos minutos de caminata y conexión con uno mismo comienza a sincronizar tu respiración con tus pasos.
- Durante tres pasos, a un ritmo normal que no sea ni lento ni rápido, inspira de forma progresiva introduciendo aire por tu nariz.
- En el cuarto paso aguanta la respiración manteniendo los pulmones llenos.
- En los siguientes tres pasos expulsa el aire progresivamente por la boca.
- En el octavo paso aguanta de nuevo la respiración mientras tienes los pulmones vacíos.
Para este tipo de caminatas es preferible optar por espacios verdes con el fin de minimizar las posibles distracciones con el entorno, ya que esto ayuda a la relajación. Además, siempre es un plus acudir a realizar dicha actividad física con la ruta ya trazada con anterioridad, apostando por sitios llanos evitando suelos demasiado irregulares, para que nos centremos al 100% en la respiración.
Fotos | Daniel Reche en Pexels, SHVETS production en Pexels
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