Confieso que no es mi caso, pero cuando pedimos marisco en un restaurante, la mayor parte de la mesa chupa las cabezas de este alimento. Hay quienes, incluso, señalan aquellas que dejas en el plato: "cómelas, es la mejor parte." No me cabe duda de que el sabor será increíble, pero hay algo en mi instinto que me lo impide. La parte buena es que los expertos recomiendan no comer dicha zona del animal, porque es ahí donde se encuentran las purinas, las cuales luego descompone nuestro cuerpo formando ácido úrico.
Esto ocurre en el caso de los langostinos, pero también en otros mariscos que son especialmente ricos en purinas, sustancias que deben consumirse de forma moderada ya que pueden llegar a afectar los riñones. Y es que, unos niveles altos de ácido úrico en la sangre están asociados con la formación de cálculos renales, los cuales podrían llegar a producir cólicos nefríticos en las vías urinarias, esas conocidas piedras en el riñón que causan tanto dolor, explican desde Vitónica.
Además de un factor de riesgo a la hora de aumentar los niveles del ácido úrico en nuestro cuerpo, las cabezas del marisco llevan siendo señaladas por las autoridades alimentarias desde hace años por su contenido en cadmio. El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha hablado sobre unos límites tolerables de cadmio, unos 2,5 µg Cd/ kg p.c./semana, pero alertando a la vez sobre como un consumo extremo de cadmio, a base de crustáceos u otros alimentos, puede suponer un problema de salud.
Es cierto que el cadmio se encuentra en otros alimentos como los cereales, el cacao, las verduras, las nueces, las legumbres, las patatas, la carne, los frutos secos, las semillas y las legumbres, pero, como señalan desde Vitónica, en niveles inferiores a los que presentan algunas partes de los crustáceos. Esto se debe a que los langostinos y las gambas tienen el hígado y el páncreas en su cabeza. Su hígado, al igual que el de los seres humanos, se encarga de filtrar los metales pesados como el cadmio, por lo que ahí se acumularía una cantidad notable de este componente. Y es que las cabezas de estos mariscos llegarían a tener unas cuatro veces más acumulación del metal pesado que en resto del cuerpo.
Está claro que chupar las cabezas de los langostinos no es la mejor parte de este alimento en cuestiones de salud urinaria así como a la hora de regular los niveles de cadmio en el cuerpo. Si eres aficionado a esta práctica tampoco es cuestión de eliminarla por completo, pero sí que es esencial que regules bien las cantidades, para no comprometer la salud de tu organismo.
Fotos | mingche lee en Pexels, Даниил en Pexels
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