En estas fechas en las que nos toca volver a poner la calefacción, siempre una se pregunta, ¿cuál es la temperatura mínima ideal a la que debería estar mi casa? Claro está que todas queremos ese mix perfecto de confort y ahorro de energía, para no pasar frío mientras controlamos el presupuesto que destinamos a calentar nuestro hogar. Pero, la respuesta no es tan simple como señalar un número, puesto que hay que tener en cuenta otros factores como lo frioleras que sean las personas, su estado de salud o el nivel de humedad del lugar, entre otros.
Desde la OMS desaconsejan las temperaturas demasiado frías en casa porque podrían tener consecuencias negativas para nuestra salud y señalan un rango ideal entre los 18 y 24 grados. Esto se debe a que el aire frío inflamaría los pulmones e inhibiría la circulación, lo que podría favorecer el riesgo de padecer problemas respiratorios como el asma, así como empeorar ciertas infecciones pulmonares e incluso dar lugar a una vasoconstricción en nuestro sistema circulatorio. Eso sí, en el caso de que sean hombres o mujeres que padezcan enfermedades crónicas, así como niños y ancianos, la temperatura mínima podría variar de entre 18 a 20 grados.
Según otro estudio llevado a cabo por el Instituto para la Diversificación del Ahorro de Energía, la temperatura ideal en nuestro hogar en invierno estaría entre los 21 y 23 grados durante el día y entre 15 y 17 grados por la noche. Desde la investigación se señala que estas temperaturas no tienen en cuenta las actividades físicas y están estimadas para personas de mediana edad y con un buen estado de salud. Hay que tener en cuenta que este estudio difiere mínimamente del anterior porque en este caso se centran en temperaturas para garantizar confort y en el caso de la OMS no se tiene en cuenta la comodidad, sino la salud.
Los estudios científicos han asociado las temperaturas más bajas con una presión arterial más alta. Y es que, cada vez que le restamos un grado de temperatura a los 18ºC, aumentaría nuestra presión arterial, de ahí que se haya llegado a la conclusión de que mantener nuestra casa por encima de los 18 grados podría reducir el riesgo de mortalidad y morbilidad respiratorias. De hecho, según las investigaciones científicas, dejar nuestra vivienda entre los 18º y 24º C podría ser favorable para la salud mental, en especial para la de las personas que pueden tener síntomas respiratorios crónicos.
Mientras las temperaturas por debajo de los 18 grados estarían relacionadas con cierto malestar general, desde Vitónica, los expertos insisten en que sobrepasar los 24 grados en nuestro hogar no traería efectos secundarios para nuestra salud, siempre y cuando no nos decantemos por temperaturas extremas. Ahí el único afectado sería nuestro bolsillo al llegarnos la factura de la calefacción.
Fotos | Terry Magallanes en Pexels, Liza Summer en Pexels
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