Hay un tipo de entrenamiento al que cada vez se está sumando más gente, porque mezcla lo mejor del ejercicio cardiovascular y un entrenamiento de fuerza, una disciplina más conocida como rucking. Aunque pueda parecer un deporte como otro cualquiera, el dato curioso sobre ello es que es un ejercicio que se ha popularizado entre los cuerpos militares, como el de los marines de Estados Unidos, ya que es perfecto para quemar grasa de forma rápida mientras trabajas a la par los músculos y los tonificas. Un todo en uno.
Al leer la palabra militar, seguramente pienses que esta disciplina no está hecha para ti, pero no es así, porque es apta para todos y se adapta con una facilidad asombrosa a las condiciones físicas de cada una, para que puedan seguirla tanto principiantes como expertos del fitness. Y es que el rucking no es otra cosa que andar a paso ligero, eso sí, con una mochila pesada a la espalda, añadiendo peso al entrenamiento, lo que incrementa la intensidad del mismo.
Para muchos, el rucking se ha convertido en la alternativa perfecta al running. Una opción exigente para quienes quieren mejorar su condición física sin recurrir a actividades de más impacto como una carrera. De hecho, al tratarse de un ejercicio de bajo impacto, es lo que hace que este deporte sea ideal a cualquier edad, ya que de esta forma se evitan las posibles lesiones.
Desde Vitónica han explicado como las personas que practican rucking suelen añadir el peso con mochilas que oscilan entre un 20 y un 30% de su peso corporal. Eso sí, si eres principiante en esta disciplina siempre es mejor empezar con una carga más ligera que puede ser de entre 5 o 10% de tu peso y de ahí, a medida que vas tonificando el cuerpo ir aumentando progresivamente la carga.
Además de mejorar nuestra capacidad cardiovascular gracias al ejercicio aeróbico y ayudarnos a quemar calorías a la par que tonificamos los músculos del cuerpo y ganamos más fuerza, este ejercicio tiene la ventaja de que podemos hacerlo en cualquier parte. No hace falta acudir al gym, solo necesitamos salir a la calle y ponernos nuestra mochila con carga dispuestas a andar a paso ligero.
Aunque este entrenamiento es un must, los estudios científicos insisten en no abusar demasiados del rucking, ya que, tras una caminata con peso, la carga en las extremidades inferiores aumenta y que la fuerza de la flexión en los tobillos disminuye, algo que podrían ser factores de riesgo para lesiones de huesos. Por ello combinarlo con ejercicios de estiramiento y flexibilidad como puede ser el pilates o el yoga sería todo un acierto. ¡Dale una oportunidad a esta disciplina!
Fotos| Oliver Sjöström en Pexels, Kate Trifo en Pexels
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