En cuanto dudamos de si podríamos tener o no fiebre, rápidamente recurrimos al termómetro. Llevamos toda la vida pensando que los 36,6 grados era la temperatura corporal media, por lo que cuando nuestro cuerpo ronda entre los 36º o los 37º nos quedábamos más tranquilas. Pues ahora resulta que un nuevo estudio ha cuestionado la exactitud de esta cifra, explicando que podría ser distinta de los que se ha creído hasta ahora.
Un equipo de investigadores liderado por Julie Parsonnet, de la Universidad de Stanford, ha querido matizar esta idea que llevaba con nosotros desde 1868, cuando el médico alemán Carl Wunderlich llevó a cabo un estudio en el que analizó la temperatura de 25.000 personas, utilizando un termómetro y registrando un millón de mediciones. Ahora la media ya no estaría en los 36,6 grados y las cifras se acercarían más a los 36 grados.
Esta reciente investigación ha analizado cientos de miles de mediciones de temperatura corporal registradas en los últimos 150 años y parece indicar que la media esté más cercana a los 36 que a los 36,6. Aquí observamos un cierto descenso y podemos caer en la idea de que esta es la nueva temperatura standard, pero el estudio insiste en lo contrario, en no utilizar un valor promedio para crear una falsa dicotomía de lo que es normal y lo que no lo es.
Factores individuales que inciden en la temperatura corporal
Los estudios científicos sugieren que características como la edad, el sexo, la altura, el peso, así como la hora del día, contribuirían a las variaciones en los rangos a la hora de definir la temperatura normal de las personas. Es decir, aunque la media normal oscila entre los 36 grados, dentro de esa franja puede ir variando por dichas características.
Quizás uno de los datos que más nos ha sorprendido es que las mujeres solemos tener una temperatura corporal más baja que los hombres por culpa de los cambios hormonales del ciclo menstrual. Y es que una de las cuestiones que este estudio pone sobre la mesa es precisamente eso, que la temperatura corporal normal de un hombre alto y con bajo peso de 80 años por la mañana, por ejemplo, podría ser casi un grado más baja que la de una mujer baja y obesa de 20 años por la tarde. Así que, si en lugar de 36 grados exactos tu cuerpo marca 36,4 y otro día 36,2, puedes estar tranquila, todo estaría en orden.
Fotos | Maksim Goncharenok en Pexels, Polina Tankilevitch en Pexels
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