Con la llegada del buen tiempo, nuestras rutinas de deporte pueden ir variando, especialmente si se apuesta por hacerlas al aire libre. Con la subida de las temperaturas buscamos horarios que se adapten a esas franjas del día en la que hace menos calor, para poder disfrutar de una buena caminata, un poco de running o una sesión de yoga, evitando las horas puntas de sol. En los meses estivales, especialmente en las vacaciones, solemos levantarnos y acostarnos más de tarde, por ello después de la cena puede ser el momento perfecto para activar un poco los músculos del cuerpo.
Los estudios científicos llevados a cabo, señalan que la mejor hora para salir a caminar es después de ingerir alimentos, ya sea tras el desayuno, la comida o la cena. Esto se debe a que este hábito podría ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre con una mejora significativa del control glucémico. En verano nuestra apuesta segura es tras la cena, un hábito que puede convertirse en un auténtico must para el día a día.
Salir a caminar cuando cae el sol, justo después de cenar, puede ser la manera perfecta de relajar el cuerpo antes de dormir. Según indican las investigaciones científicas, este hábito podría ayudar a reducir la glucosa en sangre y la respuesta a la insulina considerablemente. El beneficio de emprender un paseo tras la última comida del día parece ir mucho más allá de un gasto calórico, puesto que también ayudaría a mejorar la salud cardiovascular y favorecería la circulación sanguínea y la presión arterial, según señalan nuestros compañeros de Vitónica.
Aunque el verano pueda parecer en primera instancia la época del año en la que menos propósitos relacionados con el deporte estamos dispuestos a cumplir, los paseos tras la cena, para cerrar de forma redonda un día, es quizás uno de esos hábitos saludables que nos podemos proponer cumplir.
Más allá de la lista de beneficios que trae consigo, sabemos que es la hora perfecta del día para dedicar al cuidado de cuerpo a base de un poco de fitness. Además, al tratarse de un deporte de baja intensidad es perfecto para ejecutarlo antes de irnos a la cama. Eso sí, es esencial no apostar por recorridos demasiado extensos, así como esfuerzos desmedidos durante el paseo o una velocidad muy alta, para no sobrexcitar el cuerpo en esas últimas horas del día.
Fotos | Marina Zvada en Pexels, Bianca en Pexels
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