Una de las preocupaciones estéticas que aparecen cuando vamos cumpliendo años es la flacidez. Bien es cierto que, una de las principales opciones a la hora combatirla es el deporte, apostando por tonificar los músculos, manteniéndonos en forma para así retrasar la aparición de esas conocidas como alas de murciélago en los brazos o los pliegues que se van formando poco a poco en los muslos.
Para ello hemos tomado nota de los consejos de la nutricionista Sofía Teixeira, que recoge algunas ideas más allá de las rutinas de deporte que debemos de tener en cuenta a la hora de evitar la flacidez en nuestro cuerpo. Y es que, aunque es evidente que todas ellas van acompañadas de ejercicios con los que poder reducir la grasa corporal y desarrollar poco a poco el músculo, estas 6 opciones son todo un must.
Ajustar el consumo de proteínas
Las proteínas son un alimento clave en nuestra dieta que, sobretodo, debemos de tener en cuenta a la hora de poner en marcha nuestras rutinas de definición corporal. Una ingesta adecuada de las mismas es esencial tanto para evitar la flacidez de los tejidos como de los músculos, puesto que una dieta de bajo aporte proteico puede estar relacionada con la flacidez de la piel.
Reforzar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes
Estos son una gran fuente de ácido elágico, esencial para combatir la flacidez. Entre ellos encontramos: las fresas, frambuesas, granadas, zanahorias, albaricoques, boniatos, col rizada, calabaza, los tomates, la sandía, el té verde y el cacao, entre otros.
Suplementación con colágeno
Bien es cierto que, este punto el algo opcional, puesto que a través de una dieta equilibrada y saludable podríamos perfectamente asimilar la cantidad necesaria de colágeno que requiere nuestro cuerpo.
Introducir alimentos que sean fuentes de silicio
Este nutriente es esencial en nuestra dieta, ya que ayuda especialmente en el mantenimiento de la dermis, evitando así la aparición de la flacidez. Alimentos como la avena y el té de cola de caballo, son unas de las mayores fuentes de silicio, ideales para formar parte de nuestro día a día.
Reducir el consumo de alimentos con alto índice glucémico
Es imprescindible no abusar de alimentos como la pasta, el arroz o los azúcares simples en nuestra dieta, puesto que dichos alimentos, si los consumimos de forma muy asidua, podrían favorecer la aparición de la flacidez.
Aumentar la hidratación
Por último, uno de los puntos más esenciales y que no debemos de pasar por alto, es la hidratación de nuestro cuerpo. Debemos apostar siempre que podamos por el agua en nuestras comidas e intentar huir de los refrescos y otras bebidas azucaradas.
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