El yoga restaurativo es una variante de la conocida disciplina que tiene como objetivo principal la relajación del cuerpo. Se trata de una práctica que busca eliminar la tensión de los músculos del cuerpo e ir acercando el mismo a un estado de relajación y calma, de ahí que sea una opción perfecta para poder ejecutar esos minutos antes de acostarnos en los que buscamos huir de las actividades agitadas o sobrecargas de estímulos.
Este tipo de yoga no es solo el indicado para aquellos que les cuesta conciliar el sueño, sino que es apto para todos, y es que se centra en el estiramiento pasivo y la estimulación del sistema nervioso parasimpático con el fin de reducir el estrés. A diferencia de las clásicas posturas de yoga estas se mantienen durante mucho más tiempo, ya que las asanas estándar suelen durar de tres a cinco minutos mientras que en el yoga restaurativo las posturas duran hasta siete minutos.
Piernas arriba de la pared
Para ejecutar de forma correcta esta postura, nos colocamos sentadas con la cadera y el hombro derecho pegados a una pared. Seguidamente flexionamos las rodillas y acercamos los talones a las nalgas mientras mantenemos la cadera cerca de la pared. A continuación nos inclinamos hacia atrás, apoyándonos en los codos y deslizando lentamente las piernas por la pared girando hasta que nuestra espalda esté completamente apoyada en el suelo. Un movimiento ideal para realinear la columna y aliviar la tensión lumbar.
Savasana
Esta postura consiste básicamente en colocarnos tumbadas en el suelo, teniendo una importante consciencia de la respiración. Para esta postura basta con tumbarnos sobre la cama para ejecutarla de forma correcta y es que sin duda se trata de un movimiento que es apto tanto para principiantes como expertos en la materia a la hora de relajarse.
Postura de ángulo atado reclinado
Otra de las posturas que no puede faltar en tu lista de imprescindibles para formar una buena sesión de yoga restaurativo. Se trata de una postura bastante similar a savasana, excepto porque en lugar de estirar las piernas durante su ejecución, éstas se doblan en forma de diamante.
De esta forma al poner en dicha posición el tren inferior hacemos una especie de estiramiento abriendo la pelvis, así como la parte interna de los muslos. Al igual que para la anterior asana es esencial disponer de un ambiente relajado para poder llevar a cabo la postura de una forma más efectiva.
Fotos | Yan Krukau en Pexels
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