Tener la piel seca es una condición de la misma, pero cuando está más seca de lo normal o presenta una fuerte deshidratación de la dermis, se debe a que padecemos xerosis. Aunque en principio no se trata de un problema cutáneo grabe, si que es cierto que puede ser un tanto incómodo o desagradable, puesto que nos deja una sensación de rigidez, e incluso, en algunas ocasiones, da lugar a descamación y picores.
Esta situación que experimenta la piel es algo que se agrava en verano, debido a las altas temperaturas, así como la exposición solar debido a una prolongado contacto con los rayos ultravioleta que provocan que se evapore el agua de la piel con mayor rapidez, deshidratando la misma con mucha facilidad.
Además del sol, la xerosis, aunque pude afectar a cualquier persona más allá de su edad, se da de forma más notable en mujeres mayores. También se da de diferentes formas: de manera fisiológica o patológica, la primera afecta a la población de más edad puesto que con los años la piel se va tornando más frágil y fina ya que va perdiendo la capa protectora de grasa, la segunda, suele estar provocada por alguna enfermedad como la diabetes o el hipotiroidismo.
¿Cómo podemos prevenir la xerosis?
Protección solar: aunque parezca un tópico, la crema solar es imprescindible a la hora de evitar esa sequedad extrema, puesto que ayuda a proteger la piel de la radiación solar. No debemos olvidarnos de su uso, incluso en los días nublados y reaplicar la misma con especial ímpetu en esos días de mayor exposición al sol.
Rutina de hidratación: mantener nuestra piel hidratada es esencial, para ello las cremas hidratantes se convertirán en nuestro mejor aliado. Éstas se encargarán de crear una barrera para sellar la piel, evitando así la evaporación del agua de la misma, además de establecer un bloqueo para las sustancias nocivas del exterior.
Reducir el tiempo que pasamos en la ducha: especialmente si utilizamos agua caliente, ya que ésta puede agredir a la piel dañando su película protectora. Es siempre mejor decantarse por el agua tibia y secarnos con una toalla a toquecitos sin frotar el cuerpo.
Elegir el jabón adecuado: para ello las opciones que presentan un ph cercano al de la piel y que, por supuesto, están libres de detergentes son un must. De hecho, aquellos que presentan bases oleosas son ideales para evitar la deshidratación.
Comer sano y beber agua: es evidente que para mantenernos hidratados por fuera, primero debemos estar hidratados por dentro. Para ello, además de consumir agua, las frutas de verano se posicionan como las mejores opciones para darnos ese chute extra de hidratación.
Incluir estos tips en tu día a día es todo un acierto a la hora ir en busca de un extra de hidratación. Aunque si la xerosis persiste, lo mejor es acudir a un dermatólogo para añadir ayuda profesional y poder tratar el problema con una eficiencia mucho mayor.
Fotos | RF._.studio en Pexels, Alexander Grey en Unsplash
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