El nuevo thriller dramático de Netflix, Alta Mar, es un intento más de que las series españolas de la cadena sean recordadas como éxitos. Y esta vez, como con Las chicas del cable, tira de épocas pasadas para tratar de enganchar al público.
Un trasatlántico en los años 40 es el escenario de secretos y misterios cuando ocurre una desgracia a bordo. Un asesinato. En ocho capítulos que no pierden intensidad, la trama corre y navega viento en popa, dejándonos buenos y malos sabores de boca.
El maravilloso vestuario
Si algo nos ha encantado es saber que cualquiera de los looks que hemos visto en Carolina y Eva, las maravillosas y estilosas hermanas Villanueva, puede ser replicado en 2019. Los pantalones palazzo, los vestidos con hombreras al estilo pin up, las camisas sastre que combinan bien con cualquier look, las gafas cat eye, los sombreros, los pañuelos que tan en tendencia están este año.
Nos ha gustado especialmente el estilo de Eva (Ivana Baquero), que se mostraba más rebelde y más moderna que su hermana, aunque los labios mate de Carolina (Alejandra Onieva) y las ondas en ese largo pelo rubio, nos han enamorado. Ahora necesitamos saber cómo hacernos esos peinados con ondas para lucirlos en nuestra próxima boda como invitadas.
La música poco acertada en según qué momentos
Una música que a ratos nos recuerda al Inspector Gadget, sobre todo en sus comienzos, y que es cuanto menos desconcertante. ¿Busca un ambiente de drama? ¿De tensión? ¿O quizá busca aligerar escenas intensos con una música algo más humorística? Sea como fuere, los dos primeros capítulos estamos muy perdidos con la música. Mucho.
Una trama que gira y engancha
No diré que es una historia maravillosamente bien hecha, pero se nota la mano de Bambú en la producción, que sabe lo que gusta y lo que engancha. La trama gira, y vuelve a girar y gira otra vez y una vez más y otra como en un tornado donde ahora estás en un sitio y dos segundos después, en otro. Los que eran buenos parecen malos, los malos resultan menos malos y algo buenos o los que pensabas que no pintaban nada, resultan ser los que más importan.
Da igual lo que creas que pase, porque la trama virará como el trasatlántico donde transcurre todo, y los giros constantes al estilo de Las chicas del cable o de Velvet te mantendrán enganchada los ocho capítulos. ¿Algo telenovelesca? Puede que algunos se lo parezca, pero es lo que tienen muchos guilty pleasure.
Un reparto irregular
Contar con José Sacristán es ganar. Pero descubrir a un sobreactuado Félix Gómez, es perder. La serie nos da una de cal y una de arena en cuanto al reparto. Si tenemos que elegir una mejor hermana, nos quedamos con Ivana Baquero, porque Alejandra Onieva no remonta una actuación exagerada en su papel inocente hasta el final de la serie donde nos la creemos mucho más.
Lo mismo ocurre con un también exageradísimo Pepe Ocio, que interpreta al doctor a bordo, que contrasta muchísimo con Tamar Novas o Eloy Azorín que están muy correctos. El resto del reparto es bueno, un creíble Jon Kortajarena o una intensa Manuela Vellés, nos dan también buenos momentos.
No te negaré algo: ver a Jon Kortajarena con uniforme fue uno de los motivos que me invitaron a ver este thriller. Y también descubrir en qué se ha convertido Ivana Baquero, la mujer más joven en llevarse un Goya (por El laberinto del Fauno y tan solo con doce años). Si esto no te resulta suficiente para ver este thriller, lo será que sepas que es una serie sencilla que busca enganchar y que lo consigue.
Una serie fácil, de esas que ves cuando estás cansado y solo quieres distraerte. De las que no necesitan mucho de tu parte para conseguir que quieras un capítulo más. Busca seguir la estela del éxito de Velvet y a nosotros, nos ha dejado con ganas de saber qué pasara en una posible segunda temporada.
Fotos | Alta mar (Netflix)