Si tuviéramos que definir cuál es el problema más común al que se enfrentan las parejas, sería la comunicación. De hecho, como explica la psicóloga Blanca López de Etxazarreta, los conflictos normales en una relación de pareja se resuelven con una buena comunicación, y empeoran con una mala comunicación. “No hay que normalizar que para resolverlos se entre en peleas, incomprensión y distancia emocional”, explica la experta. Ya sea por falta de escucha, malentendidos o por no sentirse escuchados, la forma en que nos comunicamos con nuestras parejas tiene un gran impacto en la conexión y el vínculo que mantenemos.
Aunque según la ciencia hay ciertos aspectos que tienen en común las parejas que más duran -como compartir valores y creencias- sin una comunicación eficaz no podremos mantener nuestra relación en el tiempo por mucho que nos queramos. Es ahí donde entra la llamada regla del tres que describía el Dr. Karl Albrecht, experto en inteligencia emocional y relaciones, en Psychology Today. Si la seguimos, estaremos estableciendo las bases para un diálogo más constructivo no solo en nuestra relación de pareja, sino en cualquier relación que tengamos.
Albrecht afirma que “la mayoría de las personas reaccionan a algo más que las palabras que decimos. Responden a ciertos rasgos sutiles de nuestras afirmaciones y al grado de respeto, aprecio y generosidad que transmitimos en la forma en que hablamos”. Cuando esa comunicación se hace de una forma más efectiva, el vínculo no se ve perjudicado sino favorecido. De manera muy resumida, la regla del tres consiste en hacer tres cosas sencillas: hacer una declaración, hacer preguntas y usar calificativos.
Haz declaraciones
El primer paso consiste en hacer una declaración clara a tu pareja sobre cómo ves algo o cómo te sientes respecto de una situación. Expresas lo que sientes y piensas sin entrar en nada más que tu perspectiva. Hacer declaraciones evita las suposiciones y ayuda a garantizar que ambas partes inicien la conversación. Es importante que la declaración refleje cómo te sientes en lugar de ser una exigencia disfrazada. Por ejemplo, "tengo muchas ganas de ir a cenar fuera este fin de semana". Esto permite que tu pareja comprenda tus deseos. Otro ejemplo, “ayer noté que cuando estábamos juntos parecías distraído con tu teléfono. Eso me hizo sentir como si no estuvieras completamente presente conmigo". Hacemos una declaración de algo que nos ha molestado o que no entendemos sin hacer una acusación al respecto que la otra persona podría percibir como un ataque.
Haz preguntas
Una vez que se hace una declaración, hacer preguntas abiertas es fundamental para comprender la perspectiva de la otra persona. Las preguntas invitan a la otra persona a compartir abiertamente sus pensamientos en lugar de dar una respuesta afirmativa o negativa. Albrecht asegura que “hacer una buena cantidad de preguntas durante la conversación demuestra que estás dispuesto a compartir el escenario con otras personas”.
Volvamos al ejemplo de la cena de la que hablábamos antes. Decimos a nuestra pareja que tenemos muchas ganas de ir a cenar fuera este fin de semana, y continuamos con un "¿Qué te apetece a ti?" o "¿Prefieres algún tipo de restaurante?". Con ello demostramos que su punto de vista nos interesa. En cuanto al segundo ejemplo, después de expresar que nos sentirnos solos porque nuestra pareja estaba con el móvil, podemos preguntarle si hay algo que le preocupa y quiere contarnos en lugar de acusarle directamente de que no está.
Usa calificativos
Los calificativos brindan contexto y ayudan a suavizar temas que podrían ser delicados o desembocar en una discusión. Crean espacio para diferentes puntos de vista en lugar de ahondar en ese pensamiento de "yo tengo razón y tú te equivocas". Albrecht explica que estos calificativos “son formas de expresar con delicadeza nuestros puntos de vista, opiniones y perspectivas, con un reconocimiento específico de que los demás tienen derecho a ver las cosas de manera diferente”.
Por ejemplo, después de decir que comunicar que nos hemos sentido solos porque nuestra pareja estaba con el teléfono y de haberle ahondado en la situación con preguntas, podemos usar calificativos como "desde mi punto de vista" o "corrígeme si me estoy olvidando de algo", que ayuda a aliviar la tensión y a demostrar que estaba dispuesto a escuchar su punto de vista en lugar de necesitar tener la razón.
Con la regla del tres estamos fomentando una mentalidad cooperativa de “nosotros contra el problema” en lugar de una mentalidad competitiva como explicaban los psicólogos clínicos John y Julie Gottman en una charla TED. No discutimos para ganar, sino para entender. Con esta regla, el entendimiento está más cerca y es menos probable que haya malentendidos cuando cada persona siente que se ha reconocido su perspectiva antes de discutir una solución.
Fotos | Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash, Etienne Boulanger en Unsplash
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