Ya te lo dijimos. Ni gusta a todas, ni es algo para que lo que se necesite estar depilada entera ni cosas raras. Cuando desmentimos estos mitos sobre el cunnilingus nos planteamos también por qué esto del sexo oral sigue siendo un tema tabú.
Y como una de nuestras cosas favoritas de la vida es romper tabúes (más aún si son de sexo), hoy hemos venido a contarte cómo hacer un cunnilingus igual que te enseñamos cómo usar un Satisfyer, o cómo practicar sexo anal. Porque compartir es vivir y cuanto más sepamos de sexo, mejor.
Tal vez pienses que lo sabes todo. Que el cunnilingus no tiene secretos para ti. Que comerte un coño es una asignatura que aprobarías con nota. Pero te digo ya antes de seguir que siempre se puede mejorar algo, aunque sea lo mínimo.
Puede que lo uses para ti, o que al terminar de leer esto le cuentes a tu pareja cómo hacerlo, porque vamos a contarte algo: el arma secreta del mejor sexo es la comunicación. Tal vez nunca te lo han comido bien, o nunca has sabido cómo comerlo, porque a pesar de lo que puedas pensar es más que probable que se pueda hacer mejor. Y si te animas a seguir aprendiendo, aquí te cuento cómo masturbar a tu pareja. De nada.
Qué es el cunnilingus
No es que tengas que hacerlo por obligación. En el sexo nada debe ser por obligación porque se trata de tener relaciones consentidas, con respeto, con prácticas consensuadas y con las que todos nos sintamos cómodos. Sean las que sean. Lo que se llama ahora positivismo sexual pero que en realidad debería ser solo sentido común.
Comer un coño, hacer un cunnilingus o, como dicen los de la generación Z, hacer un delicioso, expresión cuya abolición pedimos de manera inmediata (por favor) que no necesitamos eufemismos que oculten más el placer femenino, parece algo que todo el mundo sabe que es. Pero te voy a dar un dato para que te explote la cabeza: 4 de cada 10 personas no han recibido ni practicado nunca sexo oral según el estudio sobre Actitudes y Prácticas Sexuales del Centro de Investigaciones Sociológicas. Y 7 de cada 10 personas con vulva consigue llegar al orgasmo mediante esta práctica, así que hay algo que estamos haciendo regular.
No sabemos si será por desconocimiento, porque la práctica no es nueva. En la India hay esculturas con miles de años de antiguedad que muestran a mujeres practicando el "auparishtaka", es decir, haciendo sexo oral a otras personas con vulva. Otro ejemplo lo vemos en Japón, donde las ilustraciones Shunga del S. XVII nos muestran prácticas como el “kokigami” y también el sexo oral.
La palabra cunnilingus proviene del latín y es el resultado de unir cunnus (vulva), y lingo (lamer), es decir: lamer la vulva. Aunque ya te adelanto algo porque esto del delicioso no va solo de lamer, igual que en una felación no va solo de chupar.
Antes de empezar… protección
Uno de los errores más comunes en lo que a sexo oral se refiere es pensar que no es posible contagiarnos de una enfermedad de transmisión sexual haciendo una felación o un cunnilungus. La mayoría de las ETS se pueden transmitir por la boca, según el urólogo Ryan Berglund.
Para evitar contraer ningún tipo de enfermedad tendrás que recurrir a las bandas de látex como estas que además tienen sabores para que la excusa del “sabor” le deje de funcionar de una vez por todas a Manolo, que aún no entiende que un coño a lo que huele y sabe es a coño.
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Sexconsejo con el que ahorrarte dinero: corta un condón a lo largo y úsalo como una banda para que tu boca y la vulva no estén en contacto directo. Es mucho más económico comprar protección que se pone en un pene que protección que se pone en una vulva (esto del patriarcado es lo que tiene). Con estos de Control, por ejemplo, que son finísimos, nos vale.
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Vale, además de protección, podemos tener a mano algún extra, que no es imprescindible pero que nos puede dar un punto extra como un lubricante vibrador líquido que da una sensación de calor y un ligero hormigueo. Ponlo sobre la vulva y encima la protección para que tu lengua no se vuelva loca con tanta vibración.
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También puedes tener cerca un bálsamo para sexo oral como este de Bijoux Indiscrets que conseguirá que la fricción se reduzca y que la lengua deslice mucho mejor, especialmente si no generamos tanta saliva o si la persona a la que estamos haciendo sexo oral no lubrica tanto.
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Y el truco para que te guste más hacerlo si lo practicas sin protección (si tienes una pareja estable y os habéis hecho las pruebas pertinentes que verifican que no tenéis ninguna ETS), no es otra cosa que usar lubricantes de sabores. La lubricación extra siempre es buena idea, palabra. Prueba con uno de estos lubricantes con sabor a menta y chocolate por ejemplo, y no podrás parar de comer y comer.
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Cómo hacer un cunnilingus
Si quieres que me corra… no corras
Si queremos que la cosa vaya como debe no entres a saco, deprisa y corriendo. Tenemos ganas de que nos lo coman, sí, pero hace falta una excitación previa como para cualquier otra práctica sexual. Vamos a darle al slow sex y a dedicar tiempo a las caricias, los besos, los mordiscos y los juegos lejos de la vulva antes de meter la boca ahí. Las mujeres tenemos decenas de zonas erógenas, así que haz caso a Mónica Geller y búscalas todas.
A la fiesta no solo está invitado el clítoris
Vale, excitadas a tope y protegidas, vamos a ponernos manos a la obra con lo que es el cunilingus en sí. Lo primero que tenemos que tener claro es que, aunque el clítoris va a ser el centro de atención, no es el único invitado a esta fiesta. Comenzamos por fuera, incluso sin quitar las braguitas. La zona interior de los muslos es especialmente sensible a pequeños mordiscos y lametones, aprovéchalo.
En la vulva no comiences centrándote en el clítoris sino en la zona externa de la vulva. Da lametones largo a lo largo de los labios externos, y me introduciéndote poco a poco entre los labios internos, para terminar en el clítoris. Es importante que en estos primeros momentos pongamos la lengua plana. Me explico, nada de la punta de la lengua, la lengua ancha como si estuviéramos comiéndonos un cucurucho de helado de leche merengada en la playa. Lengua lenta, plana y “gorda”. Movimientos cadenciosos y sin prisa que pueden ser de arriba a abajo, de un lado al otro y hasta en círculos.
Los labios también son parte importante en un cunnilingus. Usa los tuyos, son suaves y los besos en los genitales son un OMG en toda regla. Pequeños besitos en las ingles, combinados con lametones en la parte externa de la vulva. O un masaje con la lengua en el que intercalamos succiones sutiles en sus labios o incluso en su clítoris. Ojo con esto que no es sorber coca cola en el cine, es sutil, no tienes que imitar al Satisfyer.
Sexconsejo: si te cansas de mover la lengua (algo que puede pasar) deja la boca abierta, la lengua fuera y en plano (completamente quieta) y mueve la cabeza y el cuello en su lugar para darla un respirito.
Ve cambiando de movimientos con la lengua y los labios
Una vez caliente la cosa y después de haber explorado la zona externa nos vamos a empezar a centrar en el clítoris. A estas alturas tu pareja estará más que excitada. La lengua ahora puede afinarse, y comenzar a movernos en círculos alrededor del clítoris, pero ojo, que aquí lo que importa es estar en un término medio.
Es un error centrarnos en presionar más o poner nuestra lengua más dura, porque puede llegar a ser molesta, especialmente si no estamos muy muy excitadas. Con la lengua blanda podemos dar muchísimo placer a un clítoris durante todo el cunnilingus, pero podemos ir de menos a más y quedarnos en un punto intermedio, sin la que la lengua se ponga muy blanda ni muy dura, y para eso lo mejor es hacer caso al siguiente truco: ella manda.
En cuanto a cómo mover la lengua, un truco puede ser hacer patrones geométricos con tu lengua e ir cambiando de unos a otros. Hacer círculos, líneas rectas y movimientos en zigzag pueden ser una buena forma de pasar por diferentes zonas y estimular más. Si te quedas sin ideas, prueba a hacer cifras y letras con tu lengua. Puedes hacer el abecedario sobre su coño y verás cómo con tanto cambio alimentamos su excitación aún más
Que ella marque el ritmo
La potencia de los lametones, la intensidad de los mordiscos y el ritmo y la velocidad, es algo exclusivo y único en cada vulva, así que escucha a tu pareja. Sus jadeos, gemidos y suspiros te dirán si es el momento de acelerar o frenar. Fíjate también en sus muslos, en si levanta la cadera para buscar tu boca, en lo que te dice incluso y haz caso a sus peticiones. Ella sabe qué quiere y cómo, así que deja que te lo ponga fácil y pregúntale.
Puedes aprovechar para practicar algo de dirty talk y apenas separándose de su vulva decir con voz ronca “dime cómo quieres que te lo coma, cariño”. Ufff, se me ha puesto la piel de gallina y todo.
Gemir no solo es cosa suya
No sabes el poder que tiene un uhmm sobre nuestra vulva cuando nos están haciendo un cunnilingus. Es el chute que necesitamos para dejarnos ir, para centrarnos en disfrutar y para quitarnos miedos. Sentir que la otra persona disfruta con ello como lo hacemos nosotras es un plus de excitación asegurado.
Recuerda que tienes manos
No solo podemos comernos un coño, podemos hacerlo mientras buscamos con nuestros dedos (o con un juguete sexual como estos), el punto G. Puedes usar las manos para tratar de conseguir estimular el punto G, masajear los pechos, apretar las nalgas o cualquier cosa que se te ocurra para estimular cuantas más zonas, mejor.
Hasta puedes pasar a otra zona, como el ano, y practicar un beso negro (aquí te cuento cómo hacerlo), pero ojo, que con la protección podemos cambiarla de vulva a ano pero no a la inversa. Si vuelves a la vulva, usa una protección nueva para evitar que se puedan llevar restos de heces.
Un último consejo extra que te doy porque compartir es de guapas: cuando se corra, no salgas corriendo. Lo mismo pasa con una felación. La persona que acaba de tener un orgasmo está más vulnerable que nunca y dar un par de besos o caricias extra en la zona antes de quitarnos marca la diferencia. Te lo digo por experiencia.
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