Divertida, sorprendente, un poco decepcionante o normalita: tu primera vez puede ser de muchas formas, pero nunca debería ser negativa. Te damos las claves para disfrutar la primera vez y derribamos algún que otro mito.
La primera vez... ¿haciendo qué?
Cuando se habla de "hacerlo por primera vez" en lo que pensamos es en un encuentro sexual con coito (de ahí que nos hayamos centrado en esta práctica para redactar este artículo).
Sin embargo el sexo es mucho más que eso, así que redefinamos qué es hacerlo por primera vez, porque puede que para ti el momento más importante, el que más nerviosa te pone, o "al que más ganas le tienes" no es el coito, sino, por ejemplo, masturbaros juntos.
Prepararse para las primeras veces, sean éstas las que sean, es, en cualquier caso, una buena decisión siempre, porque esto del sexo va de disfrutar, y en ello nuestra actitud, nuestra manera de afrontarlo marcará la diferencia.
La primera vez deja su impronta
Un estudio publicado en el Journal of Sex and Marital Therapy señaló que haber experimentado la primera vez como positiva era un predictor de satisfacción y bienestar, especialmente para aquellos que se sintieron queridos y respetados por sus parejas.
De estos datos, como los propios autores del estudio indican, no es posible concluir que una buena primera experiencia garantizará una buena y satisfactoria vida sexual, pero sin duda tiene su poso.
Lo que quizá no considera este estudio, y sin lugar a dudas tiene gran importancia a la hora de cómo vivimos nuestra sexualidad, desde la primera vez hasta la última, es precisamente nuestra actitud hacia el sexo, hacia las relaciones y hacia nuestro cuerpo.
Si vas a hacerlo por primera vez...
1. Con humor, mejor
El sexo pasional, ése que es así como muy serio, todo intenso, rodado con medios y producido en Hollywood, está muy bien, realmente bien. Pero a las primeras veces uno llega con un poco de nervios y un mucho de expectación, son terreno inexplorado y... digamos que todo puede suceder.
Una buena política es afrontarlo con humor, así pase lo que pase... te lo vas a pasar bien (y además, reconozcámoslo, la situación es pintiparada para la comedia).
2. Preservativo siempre
En mi práctica profesional he presenciado casos de embarazos no deseados que se han producido porque creían que la primera vez que “se hace” no se puede producir un embarazo.
Por si queda alguna duda: sí, es posible quedarse embarazada la primera vez que practicas sexo con penetración.
Pero es que además los preservativos nos protegen de las enfermedades de transmisión sexual, y eso es primordial: no quieres, además del recuerdo de ese primer encuentro, llevarte ese día a casa, de regalo, una gonorrea.
3. Expectativas controladas
Llevar una idea muy concreta de cómo va a transcurrir la velada puede hacer que, si no sucede así -cosa que es bastante probable- te lleves un chasco que enturbie la experiencia. Y eso es una pena.
Por otra parte, precisamente esas películas que mencionaba antes, los libros y nuestra imaginación, que se esfuerza cuando menos falta hace, nos lleva en muchas ocasiones a tener una idea edulcorada, distorsionada y muy estandarizada de las primeras veces.
Pero primeras veces hay tantas como personas, como parejas. Déjate de intentar repetir una escena en ese día que es “tu primer día”, más que un escenón, lo que te van a salir son las tomas falsas.
4. La clave para disfrutar (esta primera vez, y todas las que vendrán) es conocer tu cuerpo
Tócate, explórate, conócete, mastúrbate. Si sabes dónde y cómo te gusta, si te sientes a gusto con tu cuerpo y con las maravillosas sensaciones que te proporciona, serás la dueña de tu placer y éste no estará a merced de otra persona.
Tener una buena relación con nuestro cuerpo y una actitud positiva hacia el sexo favorece que pidamos lo que queremos, y que digamos que no cuando no queremos, o a lo que no queremos, y eso es tan, tan, tan importante...
Además, si tú sabes lo que quieres será más probable que lo pases bien, y que tu pareja también disfrute más.
5. Se hace saber que...
Algunas mujeres sienten cierta quemazón o leve molestia la primera vez... pero no todas. Es decir, la primera vez no tiene por qué doler, y si lo hace es por falta de lubricación y excitación.
Mito: a pesar de lo que muchos creen, el himen no tiene por qué romperse durante el encuentro sexual (ni al pornerse un tampón), porque es una membrana flexible, que puede presentarse en diferentes formas, algunas de ellas con un agujerito, por ejemplo.
Por lo tanto: la primera vez no tiene por qué doler, ni se tiene por qué sangrar sí o sí.
6. Keep calm y tómate tu tiempo
Precisamente por lo dicho en el punto anterior merece -mucho- la pena este:
Los nervios hacen que los músculos de la vagina se contraigan, lo que puede hacer que sientas dolor durante la penetración, más que una leve quemazón, como decía antes.
La vagina se hace más flexible, se dilata, con la excitación, de manera que cuanto más excitada y más relajada estés, mejor te lo pasarás y menor riesgo de molestias tendrás.
Así que tómate el tiempo que necesites y disfruta, porque cuanto mejor te lo pases... mejor te lo pasarás.
7. Sin alcohol, por favor
El cóctel, nunca mejor dicho, de alcohol – y/o drogas- con sexo no ayuda nada a garantizar ni el placer ni la seguridad, y son dos elementos de los que no queremos, ni podemos, prescindir.
El consumo de alcohol y/o drogas se relaciona con una mayor tasa de conductas de riesgo, entre otras cosas. Así que, por favor, no.
Si consideras que “necesitas” tomar algo para “estar a tono" o para controlar los nervios, es la señal inequívoca de que no es el momento, así que mejor déjalo para otra ocasión en la que te sientas a gusto, lista y con ganas.
8. Antes, durante y después... disfruta
Quizá no sea la experiencia sexual más satisfactoria de tu vida (en el orgasmómetro probablemente los récords vendrán después), pero puede ser una estupenda y divertida.
Fotos | Unsplash.com
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