En mi época de instituto viví algo que nos ha pasado a todos. O a la mayoría, que lo de ser categórico está pasado de moda. Me pillé por un chico al que odiaba profundamente. Me caía mal. Y era algo que mi cabeza no podía entender. ¿Cómo podía gustarme si le odiaba? Entonces vi la película ‘10 razones para odiarte’ y me di cuenta de que no era la única persona a la que le había pasado esto. Y la psicología tiene la respuesta de por qué ocurre.
Por qué sentimos atracción por alguien que nos cae mal
Tendemos a buscar gente que nos haga sentir bien, incluso que se parezca a nosotros. Pero no estoy sola en esto de sentir atracción por alguien que te cae mal. Según una encuesta que el psicólogo social Justin J. Lehmiller hizo para su libro ‘Tell me what you want', uno de cada tres adultos dice haber fantaseado con alguien a quien odia.
El amor es una emoción compleja y el amor y el odio pueden estar relacionadas porque la línea entre ambos sentimientos es borrosa y no sabemos distinguir del todo dónde empieza una y dónde termina otra si hablamos en términos de psicología social. Los sentimientos intensos de ira o desagrado por otra persona pueden potencialmente amplificar la atracción sexual, y las emociones intensas pueden confundirse con la excitación sexual según explica Lehmiller.
Las fantasías con alguien a quien odias suelen relacionarse “con tener más fantasías BDSM en general, pero particularmente fantasías sobre dominación y sadismo”, explicaba Leithmiller en un artículo de Psychology Today. “Algunas personas pueden encontrar excitante la idea de una pareja odiada porque, en ese escenario, tienen cierto grado de poder o control sobre la persona odiada o pueden infligirle dolor”. Y hay más, porque según el experto puede ser una forma de autosabotaje. "El sexo con una persona que te cae muy mal también puede ser una forma de autosabotaje que conecta con algún tipo de razón masoquista". El sexólogo afirma que este tipo de fantasías se dan con más frecuencia en personas con una autoestima más baja porque “recurrir a personas que odian para excitarse obedece a una razón de autocastigo, sintiendo que no merece la pena que alguien especial los ame o respete", explica.
Tras la investigación el experto también asegura que es algo típico de aquellas personas que se sienten menos cómodas con la intimidad emocional, aquellas que tienden a separar el amor del sexo. "Este tipo de personalidad tiende a controlar mejor sus emociones, ya que sus fantasías no tienen un componente emocional fuerte, lo que les abre la puerta a excitarse con muchos más tipos de personas", explicaba el experto. También con aquellas a las que odias.
Puede ser incluso excitante si pensamos en que parece una contradicción que nos atraiga pero nos caiga mal, como si fuera algo prohibido o estuviera mal. "El sexo con alguien a quien desprecias es una forma de coqueteo con los tabúes sexuales, y al fin y al cabo, incurrir en un tabú es algo muy presente en nuestras fantasías", explicaba Leithmiller.
Aunque emocionalmente no nos caiga bien, es más común de lo que parece que nos atraiga sexualmente porque a nivel cerebral, hay neurotransmisores que se segregan aún cuando la persona nos cae mal, como la dopamina, adrenalina y serotonina. Y discutir, aunque no lo parezca, nos acerca a la otra persona. Cuando discutimos, según explica Juan Muñoz en su libro ‘Discutir es sano (si sabes cómo)’, “dejas que te vean y te esfuerzas en ver a la persona con la que estás conversando”. Y eso provoca una profunda conexión.
La cultura pop y el imaginario colectivo son en parte culpables de esto que puede resultar incluso peligroso. Según explica María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero’, uno de los mitos del amor romántico es que “los polos opuestos se atraen”. Como bien dice la psicóloga “no somos imanes, somos personas”, pero lo hemos visto hasta la saciedad. Frases como “los que se pelean se desean”, películas como ‘10 cosas que odio de ti’, libros como ‘Crepúsculo’... nos hacen creer que esas parejas que se detestan pero se atraen siempre tienen un final feliz porque el amor lo puede todo.
El “hate sex” que nos venden en series y películas
Hasta existe un término llamado “hate sex”o sexo por odio, que suele verse en ese cliché de "enemigos que se convierten en amantes" y en el que dos personas que se odian tienen sexo. Hay cientos de referencias de esto a nuestro alrededor. Por ejemplo, en la película ‘Sr. y Sra. Smith’, o en la más reciente serie ‘La casa del dragón’ en vimos como Alicent Hightower tenía un sexo salvaje poco después de abofetear a su pareja. Y es que se nos vende que ese sexo entre dos personas que odiamos será intenso y único, aunque menos realista de lo que parece. Como explica a Popsugar la terapeuta sexual y de relaciones Leigh Norén. "Es más un fenómeno de películas y televisión que una experiencia cotidiana. La mayoría de las personas no sienten que la ira las ponga más cachondas, sino todo lo contrario".
Según el profesor Craig Jackson el sexo de odio es un término ambiguo y se refiere a una gran variedad de escenarios. "Algunas personas piensan que el 'hate sex' es un acto unilateral, que se refiere a que a uno de los miembros de la pareja le desagrada activamente la otra persona, y el sexo adquiere una forma de microagresión e incluso de represalia y venganza", dijo a Metro. “Para otros es una experiencia compartida en la que ambos miembros de la pareja pueden sentirse aversión mutua, sea cual sea el origen, pero aun así consienten tener relaciones sexuales, y el antagonismo y la tensión entre ambos parecen hacer que las cosas sean más picantes y estimulantes para ambos”.
En ambos casos implica que al menos una persona tiene sentimientos negativos hacia la otra y desea expresar esos sentimientos negativos de una manera física pero íntima. El sentimiento extremo de odio a menudo puede parecerse a otras emociones. "Si bien la ira es una emoción negativa, también es un sentimiento muy atractivo y activador", afirmaba Norén añadiendo que "está estrechamente vinculada a los sentimientos de pasión y, por lo tanto, la ira, para algunas personas, puede convertirse en un deseo sexual". Y es que el sexo es también una forma de comunicación que “nos permite expresar emociones, desde el odio, hasta la alegría o tristeza”, explicaba Marta Ridaura Alfayate, psicóloga especializada en familia, pareja y trauma. Ella misma advertía en El País que “en este tipo de historias, en el que ambos se odian al principio de la relación, parten de una dinámica tóxica y de poder entre ambos, pero la forma en que se nos muestra hace que se retrate como ese ideal que todos queremos alcanzar y que forma parte del juego de la seducción”.
Sea por lo que sea que sientes ese deseo irrefrenable hacia alguien que detestas, si le odias, mejor aléjate. Como bien dice Norén, "el odio y la ira a veces pueden hacer que nos sintamos fuera de control, y si estás practicando sexo desde un lugar fuera de control, puede volverse peligroso rápidamente”. Y no queremos eso.
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