¿Cuánto llevabas con tu pareja? Dos, tres... ¿ocho años? Ya has superado la ruptura, así que te planteas volver a la vida activa, al mercado. Conoces a alguien, te atrae, le atraes, os vais a casa... Y de pronto te sientes como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí": fuera de lugar y sin tener claro qué hay que hacer. El sexo tras una separación es un poco como volver a perder la virginidad, y puede llegar a ponernos muy nerviosos. Pero calma, hay trucos para que no sea un desastre.
Tras haber tenido una relación larga, la primera vez que nos enfrentamos cara a cara con el sexo, concretamente con sexo con una persona que no es nuestro ex, es posible que además de las ganas y el deseo nos acompañen otros invitados… no deseados.
Hola, vergüenza, ¿cómo tú por aquí?
Cuando una relación se acaba es frecuente que el sexo esté bastante tocado en esas últimas etapas, que ya no hubiera fuegos artificiales en la cama, que la llama estuviera a punto de extinguirse, que la chispa… bueno, que ni chispa ni nada que fuera inflamable. Es posible que eso pasara, pero había cierta confianza, conocíais vuestros cuerpos, os habíais visto desnudos, os habíais olido, sabíais (o creíais que sabíais) qué le gustaba al otro y qué no… Era, entre comillas, “jugar en casa”.
Cuando nos enfrentamos a una sesión de sexo con alguien nuevo, después de ese tiempo en el que nuestra sexualidad ha sido vivida en exclusiva con el que era nuestra pareja, es posible que aparezca cierto pudor: pudor ante el desnudo, pudor por emitir cierto sonidos, pudor… Pudor o directamente vergüenza.
Para muchos este sexo tras una separación es como una segunda pérdida de la virginidad, como si con haber pasado por una no hubiera sido suficiente. ¡Gracias, cerebro!
En esto no hay diferencias por género como algunos podrían pensar (aprovecho para animaros a dejar de pensar esas cositas, que ya estamos en el siglo XXI), es decir: esta vuelta al mercado carnal nos puede hacer sudar la gota gorda, y no precisamente por una bacanal sexual, tanto a hombres como a mujeres.
Hay hombres, por ejemplo, que en estas circunstancias pueden presentar dificultad para mantener la erección. Y no es de extrañar: si estamos nerviosos, si pensamos que “tenemos que rendir”… pues no vamos a estar en lo que tenemos que estar, y claro, pasa lo que pasa.
¿Y si no lo hago bien?
Pero, esto del sexo, ¿no era como montar en bicicleta? Pues sí y no. Obviamente el componente meramente mecánico del sexo, el qué se pone y dónde se pone, nos lo sabemos, pero el sexo es más que eso, ¿verdad?
Después de mucho tiempo con una misma (y exclusiva) pareja sexual acabamos por acostumbrarnos a ciertas rutinas, dinámicas, olores y hasta sabores: sabemos montar en bici estupendamente. Pero, ¿qué pasa cuando nos cambian la bici? Pues que efectivamente sabremos montar, no nos caeremos, pero hasta que le cojamos el truco a las marchas y las particularidades de esta nueva bicicleta estaremos un ratito “montando raro”.
Dejando a un lado el símil ciclista, la verdad es que uno de los grandes miedos en estas “segundas-primeras-veces” es a no ser competente en la cama. Es normal, no solo te pasa a ti. Para tu tranquilidad: nadie te va a poner nota, no es un examen para obtener el carnet de soltera deseable y viable, así que relájate e intenta pasártelo lo mejor posible, esa es la mejor manera de que el otro también disfrute, ¿no te parece?
Estrés post(ex)traumático
¿Has visto los flashes terribles que tienen en las pelis (y muchos en la vida real) los combatientes cuando vuelven a casa tras participar en un conflicto armado? Pues algo parecido, pero mucho menos terrible, obviamente, nos puede suceder justo en medio de un encuentro con una nueva pareja sexual.
Nuestro cerebro a veces parece que más que amigo es enemigo, y en lugar de coger ese DVD en el que tenemos grabados nuestros Very best moments en la cama lo que hace es coger el VHS casero de Tristes momentos con tu ex.
¿Por qué pasa esto? Tiene mucho que ver con la memoria táctil, con la de todos los sentidos, con el hábito: en el tiempo en que hemos estado en pareja todas estas conductas sexuales han tenido lugar (siempre y cuando hayamos sido monógamos y fieles) en exclusiva con esa persona, de manera que lo tenemos íntimamente asociado a ella. Es un tanto inevitable que se nos venga a la mente, al igual que nos acordaremos cuando pasemos por nuestra cafetería favorita o cuando escuchemos esa canción que tanto nos gustaba.
7 consejos para retomar el sexo tras una separación
Estamos listos. Vamos a ello. Hoy toca sexo. Pero… ¿y cómo lo hago? Con ganas, con deseo y siguiendo estos consejitos:
1. Keep calm and… fuera fantasmas
Si te viene a visitar, en mitad de tu sesión de sexo, el fantasma de los polvetes pasados (con tu ex) no te asustes, es solo eso, un fantasmita de nada. Si quieres eliminarlo del todo no hace falta que llames a los Cazafantasmas (aunque si tarareas la canción de la peli igual sí que se marcha el espectro): basta con que vuelvas a concentrarte en lo que estabas haciendo, seguro que era más interesante que ese revival con tu ex.
2. Ajuste de expectativas
Ahora que has vuelto al mercado seguro que te has hecho expectativas sobre cómo va a ser la cosa, ¿verdad? Pasión en ascensores, besos y manoseo que no se puede reprimir en el baño de un bar de moda… Muy peliculero todo, vamos. Pero la realidad que te vas a encontrar es posible que difiera bastante de eso que has imaginado en tus noches de "fantasías a gogó": más que Kim Basinger en “Nueve semanas y media” es posible que te parezcas a Steve Carrel en “Virgen a los 40”. Intenta tener unas expectativas realistas para no llevarte un chasco.
3. Reflexiona sobre los motivos que te llevan a tener sexo
Vale, aquí me vas a decir que el placer, claro. Lo entiendo, pero… ¿seguro que no hay ninguno más? ¿No hay nada de “para darle celos”? ¿Nada de “para demostrarme que aún soy deseable? ¿Nada de “porque es lo que toca”? Los motivos que nos deben llevar a tener sexo no pueden ser negativos, no han de estar condicionados por malestar emocional, así que depura tus razones y libérate del mal.
4. ¿Y si probamos…?
Si a tu pareja lo de practicar la estimulación anal no le iba nada de nada y tú estabas deseando probarlo es posible que hora puedas hacerlo con alguna de tus nuevas parejas sexuales. ¡Bien! Eso sí, pregunta antes de hacer nada, por si acaso.
5. Aprovecha para redefinir tu sexualidad
Llevas X años con la misma persona y aunque cada uno tuviera sus deseos, sus fantasías y sus historias, la realidad es que al final acabamos creando una dinámica sexual común. Reflexiona sobre qué parte de esa dinámica realmente te vale y te funciona y lo que no te guste, ¡a la basura sexual!
6. Protégete
La seguridad ante todo. Ahora que abrazas la soltería hay todo un mundo de nuevas parejas sexuales esperándote, un abanico de nuevas prácticas y diversión, pero también hay un catálogo de enfermedades de transmisión sexual que no quieres probar, ¿verdad? Lleva siempre preservativo, y, haz el favor, úsalo.
Además es posible que incluso en el seno de una pareja monógama hayáis tenido alguna ETS. ¿Lo ideal antes de comenzar una nueva vida sexual? Hacerte un análisis específico que te deje tranquila o que te permita ponerle remedio.
7. Elige bien a tus parejas sexuales
Y con esto no estoy diciendo que solo selecciones a aquellos que sean clones de Brad Pitt en “El club de la lucha” (que, ojo, si lo encuentras viva y bravo por ti). A lo que me refiero es a que si tenemos en cuenta todo lo anterior, si podemos prever que los primeros encuentros pueden ser un tanto particulares, vamos a intentar que la persona que tengamos en frente sea lo más “amigable”… o por lo menos no hostil.
¿Entonces es mejor hacerlo con un conocido? Pues depende: hay quien para esta “primera-segunda-vez” prefiere a un desconocido (Total, así si no estoy en mi mejor noche no me daría tanto corte), y hay quien prefiere a alguien con quien tenga confianza, la justa para poder estar relajada porque conoce su situación.
Sea con un conocido, con un anónimo que esté rico, sea probando cosas nuevas o tirando de repertorio clásico, la verdad es que es posible que aparezcan ciertos nervios, inseguridades o dudas. Estar tranquila, no tener unas expectativas desorbitadas y centrarte en disfrutar son las mejores cosas que puedes hacer para que esta segunda pérdida de virginidad sea un éxito. Bueno, eso y cantar If there's something strange in you neighborhood, who you gonna call? Ghostbusters!!!!
Fotos: New Girl
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