Todas las parejas discuten, esto es algo inevitable. Es más, todas las personas que tienen algún tipo de relación discuten, porque los desacuerdos son parte de las relaciones humanas. Sin embargo, esto que es común para todas las parejas, se puede ejecutar de una manera muy diferente en cada una de ellas.
La forma en la que discutimos importa mucho cuando hay diferencias en nuestra relación. En ocasiones nos podemos encontrar culpándonos el uno al otro, intentando de esta manera controlar el comportamiento de la otra persona haciéndola sentir culpable, sin asumir nosotros ninguna responsabilidad y sin ser capaces de llegar nunca a un acuerdo. De esta manera nos vemos envueltos en un patrón vicioso del que no podemos salir.
Qué podemos hacer para dejar de culparnos el uno al otro
Cometer errores no mide tu valor como persona
Solemos relacionar el hecho de errar o de acertar con nuestra autoestima. Cometer errores es humano y, sin embargo, consideramos que errar significa, de algún modo, que valemos menos. Que no somos lo suficientemente inteligentes, lo suficientemente buenas personas, etc.
Este miedo a no ser válidos por haber cometió un error hace que podamos ponernos a la defensiva e intentemos negar nuestra culpa. Sin embargo, cometer errores no dice nada sobre nuestro valor como personas. Todos los seres humanos los cometemos y si pensamos en nuestros seres queridos nos damos cuenta de que no los juzgamos ni los queremos menos por equivocarse de vez en cuando.
Aprender que ninguna equivocación nos define nos ayudará a empezar a ser capaces de aceptar la culpa. Es el primer paso.
Párate a valorar cuál es tu parte: aceptar nuestros errores
En todas las discusiones suele haber dos partes. Pararnos a valorar por qué nos molesta tanto eso que ha hecho la otra persona, qué parte tenemos nosotros en esta situación, qué hemos hecho, qué hemos dicho y cómo podría haber sido interpretado por la otra persona puede ser importante.
No se trata de algo fácil, asumir nuestros errores y nuestra parte de culpa nos puede hacer sentir mal y es una sensación que puede no resultar agradable ya que es incómoda. Pero es un paso que se puede dar. Asumir la parte de culpa que tenemos, los errores que hemos cometido o por qué nos molesta tanto algo, es una manera de aprender.
Plantéate qué cosas puedes aceptar y cuáles no
En algunos casos las discusiones se dan por causas pequeñas que, a la larga, y a fuerza de culparnos el uno al otro se hacen grandes. Tu pareja nunca mete los platos en el lavavajillas o cuelga la ropa de una manera menos eficiente que la tuya. Tú tardas una semana en recoger la maleta después de un viaje y tu pareja la recoge a los cinco minutos. Te caen bien sus padres, pero prefieres verles menos de lo que a la otra persona le gustaría, etc.
Cosas que, a priori, son pequeñas, pero que después de tanto culparnos se vuelven enormes. La cuestión es que hay cosas con las que podremos vivir y tolerar y otras cosas que no. Tendremos que pensar si podemos aceptar las cosas que vemos y hacemos de manera diferente o si, por el contrario, son cosas con las que nunca podremos vivir.
Verbalizar cuando se esté dando un intento de culpabilización
Tanto si eres tú quien está culpando a tu pareja, como si es al revés, puede ser buena idea que os lo señaléis cuando ocurra. Que lo verbalicemos y evidenciemos que está ocurriendo será una manera de frenarlos y buscar otra manera de enfrentar los problemas, pedirnos lo que necesitamos y hablar sobre el motivo del conflicto.
Explicad cómo os hace sentir
Que nos culpen todo el rato, en cualquier discusión, no resulta agradable. Es doloroso, puede hacer que nos pongamos a la defensiva o que nos lleve a hacer cosas que, en realidad, no queremos solo porque nos sentimos culpables. Explicaros entre vosotros cómo os hace sentir esa estrategia y por qué e intentar llegar acuerdos sobre otras maneras de tratar las cosas que os molestan.
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