Todos tenemos una amiga que siempre cae bien a todo el mundo. Y si no la tienes, quizá eres tú. Tienen una especie de magnetismo que va más allá del físico (aunque el efecto halo siempre ayuda), y casi sin saber cómo consiguen meterse a todos en el bolsillo.
No es cosa de magia, superpoderes o casualidad. Es inteligencia emocional, al menos en parte, porque la Universidad de Harvard ha puesto al descubierto las razones por las que algunas personas caen bien a todo el mundo y tienen mucho que ver con ese talento, y cualquiera puede aprenderlo.
La principal razón por las que algunas personas caen siempre bien
El 40% de nuestras conversaciones cotidianas son para decirle a otras personas lo que pensamos o sentimos, es decir, hablamos de nuestras experiencias subjetivas. No podemos evitar hablar de nosotros. La razón es que la autorevelación, compartir nuestros pensamientos y sentimientos desencadena en el cerebro la misma sensación de placer que el dinero, la comida e incluso el sexo, según las investigaciones.
Es más, los investigadores de Harvard saben en menos de 15 minutos si alguien es excepcionalmente agradable. Investigaron, según este estudio de Harvard, el papel de las preguntas en las relaciones interpersonales, analizando a miles de participantes que se estaban conociendo tanto en citas rápidas en persona como en chats. Se instó a algunas personas a que hicieran al menos nueve preguntas en 15 minutos y al resto que no hicieran más de cuatro en 15 minutos. El resultado es que las primeras, cayeron mejor que las segundas en ambos escenarios, tanto online como en persona.
Todo se reduce a la conversación, porque hacer preguntas y practicar la escucha activa aumenta drásticamente la simpatía que otros sienten hacia nosotros. El estudio publicado en Harvard Business Review, es la demostración de que a todos nos gusta que se interesen por nosotros. El secreto para gustar no es hablar sobre nosotros, sino escuchar lo que otros tienen que decir. Sentir curiosidad por la otra persona.
Afirman que conversamos con otros para compartir lo que sabemos pero también para aprender lo que saben, tanto la información que tienen como su historia, pensamientos, preferencias y sentimientos. “Las personas que hacen más preguntas son percibidas con mayor capacidad de respuesta, y construyen una relación interpersonal más sólida con la escucha, la comprensión, la validación y el cuidado.”
Las personas humildes que no centran la conversación en ellas, que sienten curiosidad genuina por la otra persona, caen bien. Esa generosidad al conocer a alguien nos permite conectar mejor con la otra persona, de ahí el poder de la frase “cuéntame más”.
Más razones por las que algunas personas siempre caen bien a todo el mundo
Hablar es la piedra angular, pero según Harvard hay más motivos por los que algunas personas siempre caen bien. Unas buenas habilidades sociales son percibidas de forma positiva por el resto. Por ejemplo, las personas empáticas nos resultan más agradables y atractivas, y por si eso fuera poco, son un rasgo común de las buenas personas.
Otra cualidad que suele ser un imán es la autenticidad. Las personas genuinas y naturales suelen caer bien. Y evidentemente, aquellas personas más extrovertidas y abiertas, también, gracias a que tienen un gran desarrollo de sus habilidades sociales.
Una actitud positiva sin ser forzada hace que las interacciones sean más agradables, por eso el optimismo y el sentido del humor también suelen ser cualidades valoradas por los demás según Harvard. Decimos “suele” porque no es un axioma, sino que en líneas generales sí gustan. Eso no quiere decir que cumpliendo con todas ellas vamos a caerle bien a todos por obligación. Siempre nos toparemos con gente a la que no le gustemos. Y no pasa nada.
Una advertencia para terminar: no te obsesiones con caerle bien a todo el mundo, no eres Pedro Pascal ni una croqueta.
Como bien nos explica Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias, la preocupación por caer bien a los demás puede llegarnos a afectar personalmente. El objetivo al conocer a alguien debería ser, según la experta, “estar a gusto con quiénes somos, caernos bien a nosotras y hacer únicamente cosas que nos hagan sentir a gusto, que se adapten a nuestros valores y que nos hagan ser fieles a quienes somos y no a quienes creemos que los demás esperan que seamos”.
Fotos | Barbie, Giphy
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