¿Qué es el squirting? Se trata de la fuerte expulsión de una cantidad nada desdeñable de líquido (trasparente e inodoro) por la uretra, fruto del placer obtenido durante el sexo. Y decimos “fuerte” porque así es, una cascada, un chorro... nada de “un poco de liquidito”. Tal es así que muchas de las mujeres que lo experimentan se cuestionan, o se han cuestionado, si es que se han hecho pis.
No debe confundirse con la eyaculación femenina, ya que ésta es de de textura más bien viscosa, y en una cantidad muchísimo menor, tanto que la mayoría de mujeres no son conscientes de la expulsión de esta sustancia, a diferencia de lo que sucede con el squirt, que no deja lugar a dudas...
El nuevo must sexual al que parece que debemos aspirar todas las mujeres, el más reciente objeto de deseo, nunca mejor dicho, de muchos hombres (entre otras cosas gracias al porno, que no es una escuela de educación sexual) es el squirting.
Pero esto de convertirse en una cascada por placer, además de fascinación, genera un montón de dudas: su composición (¿es orina?), si se trata de algo voluntario o involuntario, si está al alcance de todas o limitado por la anatomía, son algunas de ellas. Te contamos qué dice la ciencia y cómo lo vive, qué siente y cómo lo consigue, una chica que lo experimenta habitualmente.
El squirting ha sido un casi total desconocido, al menos a nivel popular, hasta hace bien poco... como casi todo lo relacionado con la sexualidad femenina y nuestro placer, todo sea dicho. De hecho hasta hace unos años el clítoris era un gran desconocido a pesar de que ha estado pegado al cuerpo de las mujeres desde que el mundo es mundo.
Gran parte de la popularidad del squirting se lo debemos a la industria del porno, en la que se ha ganado un puesto fijo como una de las categorías más buscadas por los usuarios y consumidores.
Qué es en realidad: ¿se trata de pis?
Una de las grandes dudas que genera esto del squirt es su composición, ¿es orina?
Uno de los estudios más conocidos al respecto, realizado en Francia en 2015 concluía que, efectivamente sí, se trata, en su mayor parte, de orina, aunque también contiene una pequeña parte de líquido prostático (procedente de las glándulas de Skene).
Sin embargo no debemos confundirlo con la incontinencia coital, un trastorno que hace que la mujer se orine durante el coito.
A pesar de lo tajante en sus conclusiones, es importante resaltar que el estudio fue realizado solo con siete mujeres, de manera que metodológicamente no es muy consistente y, por tanto, no se deben generalizar los resultados.
En primera persona
Lo cierto es que es un fenómeno que, a pesar de lo que muchos creen, no se da exclusivamente en el ámbito del cine para adultos. Alguna compañera lo ha vivido y nos lo cuenta aquí en primera persona, y hemos entrevistado a Rebeca, de 34 años, que también nos cuenta su experiencia.
¿Qué sientes cuando te sucede?
Siento una sensación de liberación que se extiende de dentro hacia afuera. El pulso se acelera y el corazón me late muy rápido, incluso a veces llego a hiperventilar. Cuando tengo la sensación, acelero el ritmo de la postura que estoy realizando, voy más rápido.
¿Te sucede siempre que tienes sexo (incluyendo cuando te masturbas) o solo a veces?
Siempre no, aunque últimamente más a menudo. Me sucede con la penetración, sobre todo en la postura de la amazona, aunque tengo también la sensación (sin llegar a eyacular) alguna vez con la postura del perrito. Masturbándome no, porque suelo estimularme únicamente el clítoris sin introducirme nada.
¿Lo puedes controlar?
No realmente, aunque creo que se "inhibe" si confundes la sensación con la micción. Alguna vez me ha ocurrido que al sentir la sensación me he puesto en alerta, y al final se ha cortado, o no ha sido tan abundante como otras veces. La mente juega un papel fundamental.
¿Lo puedes tener a voluntad?
No, suele suceder cuando estoy centrándome en disfrutar, sin pensar en qué me está pasando (sin racionalizar), dejándome llevar por las sensaciones. Como se introduzca algún pensamiento instrusivo (del tipo: me voy a hacer pis o no sé cómo me siento) suele desaparecer.
¿Te sucede siempre con un orgasmo o a veces se da sin él?
No sé decirte al 100%. Por mi experiencia, me suele pasar con orgasmo.
¿Qué te dicen tus parejas?
Les suele gustar, no supone un problema. Algunos quieren que te suceda siempre, y eso llega a agobiar, pues parece que para ellos es como un "triunfo" y quieren conseguirlo a toda costa. Les suele sorprender, y extrañar también. Pero la respuesta suele ser positiva.
¿Te gusta o preferirías que no te pasase?
Me gusta, pero lo de manchar la cama a veces me preocupa un poco. En ocasiones cuando me sucede, sigo sin creerme que he eyaculado y compruebo por si es orina. Pero no huele como tal, y además la mayoría de las veces he ido al baño antes, por lo que dudo que sea eso. Creo que al no haber mucha información al respecto, te sientes contenta, pero a la vez confundida.
Los orgasmos, cuando te pasa, ¿son más intensos?
Los siento algo diferentes a cuando me estimulo directamente el clítoris. Son hacia afuera, como explosivos, más de todo el cuerpo, no tan localizados en la zona genital, no sientes las contracciones tan intensas. El cuerpo se tensa, pero no tanto como cuando estás recibiendo estimulación clitoriana únicamente, como con un Satifyer. Siento como una sensación de proyección, de querer empujar, en lugar de contraer y tensar. No sé si me explico... es difícil de poner en palabras.
¿Todas podemos...?
En el porno es posible fingirlo, por ejemplo haciéndose pis, o introduciendo agua en la vagina justo antes de “la escena” (recordemos que el porno no es la realidad, es decir, que hay cámaras, escenas, cortes, trucos...). Sin embargo actrices, como Cytherea, que es conocida como “La reina del Squirt” en el porno, en una entrevista realizada a The Daily Dot afirmó que no siempre que tenía sexo llegaba a experimentar el squirting, pero que cuando lo hacía, el líquido y el placer eran absolutamente reales.
El squirting se ha asociado a un placer extremo, al sumum del placer, de manera que muchas mujeres han sentido la presión, explícita o no, para lograrlo. Si buscas en Internet encontrarás mil y un artículos acerca de cómo obtenerlo pero... ¿realmente se puede conseguir a demanda?
A pesar de que no existe aún acuerdo común al respecto, el consenso actual es que no, no todas podemos tenerlo ya que requiere de una estructura y de una anatomía que no todas tenemos igual desarrolladas:
En el squirt entran en juego el punto G (que más que punto es una zona, como ya te explicamos aquí, y que no todas las mujeres tienen desarrollada de la misma manera) y las glándulas de Skene. Estas glándulas son similares, para que nos entendamos, a la próstata masculina, y son diferentes en cada mujer, de manera que no todas producimos la misma cantidad de líquido prostático.
Un estudio realizado en 1994 determinó que solo el 6% de las participantes había experimentado alguna vez esto del squirt. Sin embargo Samuel Salama, autor de uno de los estudios citados anteriormente, afirma que "todas las mujeres podemos experimentarlo... si nuestras parejas saben cómo hacerlo".
¿Todas debemos...?
Parte de su éxito como objeto de consumo pornográfico, y su conversión en santo grial sexual, en el tesoro al final del arcoiris, es que hace visible lo que hasta ahora era, entre comillas, entre muchas comillas, invisible: el placer femenino en general, y el orgasmo de las mujeres en particular.
La sexualidad femenina ha sido invisibilizada históricamente: el placer, anatomía, necesidades, deseos... El modelo imperante, la vara de medir, ha sido siempre falocrática, masculina, por lo que algo tan difícilmente visible, sobre todo a los ojos de un hombre, y de una ciencia también masculina, como es el placer femenino, quedó aún más oculto.
En este modelo masculino y coitocentrista, la penetración y el orgasmo se han erigido estandartes del buen sexo, del sexo “de verdad”. ¿Y qué mejor que poder aseverar que dicha meta se ha alcanzado que con algo explícito, físico, medible, visible, tangible... y húmedo, como la eyaculación masculina? Por eso el squirt enamora a tantos: porque evidencia, porque se parece a lo que conocen, porque da certeza.
Dicho esto, todo lo que sea buscar el placer, tu placer, es bienvenido, pero sin presiones, sin imperativos... El squirting no es la forma suprema de placer, no es la única y definitiva, es una de las formas, así que nada de deber tener, deber llegar... nada de deber en general, ¡faltaría más! En el sexo todo debe ir ligado al placer y no a la obligación. Si te sientes obligada, ni lo intentes.
Si quieres intentarlo...
Lo primero que te recomiendo, con insistencia además, es que te lo tomes con calma, sin presión, porque entonces en lugar de ser una actividad sexual placentera lo vas a convertir en una tarea, y eso es muy poco erótico. La meta ha de ser tu placer, no empapar la cama.
No es necesario estar en pareja ni mucho menos para conseguir un squirt, sino estimular la zona correcta. Se llega, si es que tu anatomía lo permite, mediante la estimulación de lo que popularmente se conoce como el Punto G. El punto G es una zona situada en la pared frontal de la vagina (la que está más hacia el exterior, apuntando, digamos, a tu monte de venus, para que te hagas una idea), a unos 3-5 centímetros de su entrada, y coincide con la parte interna del clítoris.
Puedes estimularla con un vibrador específico del punto G, como por ejemplo usando Ola de Platanomelón, o el Ina Wave 2 de LELO que es un conejito de doble estimulación como puedes ver en el vídeo.
Lo puedes hacer también con los dedos, apuntando, como decía, “hacia afuera”. Si te colocas boca arriba, puedes presionar con la otra mano justo por encima de tu monte de venus, de manera que lograrás más placer con los dedos que has introducido. Recuerda usar lubricante tanto si es con tus dedos como con un juguete sexual, porque facilitas el movimiento y evitas cualquier tipo de incomodidad.
Realizar al mismo tiempo los conocidos como ejercicios de Kegel o apretar y relajar los muslos y la zona pélvica pueden también, ayudar a potenciar el placer.
Y qué mas da...
Qué más da de qué esté compuesto, qué más da si es todo pis o si también es líquido prostático, qué más da si lo tienes o no lo tienes... ¿disfrutas del sexo? Pues ya está. Si te haces líquida con cada orgasmo o si eres más bien de secano, lo importante es que disfrutes, que te dejes llevar y que no hagas tuya la presión, porque eso solo hará que tu placer haga las maletas para no volver y te genere hasta ansiosexualidad. Obsesionarnos con los pasos para conseguir un squirt nunca es una buena idea.
Si no lo has experimentado nunca y quieres emprender su búsqueda, adelante, pero hazlo partiendo de que lo placentero (y lo divertido) ha de ser el camino, y que la meta, la de verdad, es tu placer, sea como sea. Piensa en que lo más importante siempre es el camino y no el destino final.
Fotos | Jakob Owens en Unsplash, Pexels.com, Pixabay.com
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