La tristeza asociada a la soledad no deseada se ha convertido en un problema cada vez mayor de la sociedad actual. Es un fenómeno que, sobre todo, afecta a las personas mayores ya que estas se ven, en muchas ocasiones, expuestas a un mayor aislamiento social.
Según un informe del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, el 87,2% de las personas cree que es un problema especialmente importante para los mayores. A pesar de que la soledad no deseada en personas mayores puede deberse a múltiples factores, Miriam Piqueras, supervisora médica de Sanitas Mayores y Carla Llaneza, psicóloga de BluaU de Sanitas, nos cuenta que los más destacados son:
- El fallecimiento de seres queridos suele dejar un vacío emocional significativo, especialmente si el círculo social se reduce con la edad.
- La jubilación, en ocasiones, les priva de la interacción diaria en el trabajo, lo que a menudo constituye una fuente importante de conexión social.
- Los problemas de movilidad y salud limitan su capacidad para participar en actividades sociales, lo cual influye en su sensación de aislamiento.
- Los cambios en la estructura familiar, como la mudanza de hijos o nietos, pueden hacerles sentir desconectados y solos.
Dra. Miriam Piqueras, Supervisora médica de Sanitas Mayores
Pero, la repercusión que provoca esta afección, además del sentimiento de vulnerabilidad o desamparo, influye también en la salud, ya no solo emocional, sino también física. Y es que la soledad no deseada se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y una respuesta inmunológica debilitada. "Desde un punto de vista físico, se corre el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, debido al estrés y la falta de apoyo social. Además, puede influir en hábitos poco saludables como una mala alimentación y la falta de ejercicio, lo que trae consigo un deterioro general de la salud”, nos cuenta la Dra. Piqueras. A lo que la psicóloga añade: "Desde el punto de vista mental, la falta de interacción social a veces crea un sentimiento de inutilidad, baja autoestima y aislamiento emocional. Por ello, la soledad no deseada desencadena problemas como la depresión y la ansiedad, afectando negativamente la calidad de vida de los mayores".
Algo que, en general, afecta al bienestar y la felicidad de las personas mayores, por ello, se hace crucial detectarse a tiempo. Aquí el papel de los médicos de familia se dibuja como fundamental durante sus visitas rutinarias, sin embargo, “son los psicólogos y psiquiatras los que brindan evaluaciones más profundas y tratamientos especializados para abordar las causas subyacentes y los efectos psicológicos de la soledad en los mayores". En definitiva, es clave que los profesionales de la salud trabajen en colaboración para identificar los factores de riesgo y desarrollar "un plan de atención integral que aborde tanto las necesidades físicas como emocionales”, explica la doctora.
Pero, ¿cómo se puede prevenir esta situación? En primer lugar, las expertas nos dicen que es principal fomentar la conexión social y el apoyo emocional, y esto se puede lograr mediante acciones que promuevan la participación activa, como “grupos de voluntariado, clases de arte o actividades recreativas. Además, es importante impulsar las relaciones intergeneracionales, puesto que la interacción con personas de diferentes edades genera un sentido de pertenencia".
Por otra parte, también hay que mencionar la importancia de los grupos de apoyo y terapia individual ya que pueden ayudar a los mayores a abordar los sentimientos de soledad y a desarrollar habilidades para gestionar el estrés y la ansiedad, así como promover la educación sobre la importancia del autocuidado y el mantenimiento de relaciones significativas. “Esto empodera a los mayores para que busquen ayuda cuando la necesiten y se comprometan con su bienestar emocional”, añade la psicóloga.
Las expertas, además, apuestan por incluir en la rutina de estas personas el uso de las herramientas digitales y la tecnología en general, ya que pueden servir de ayuda a prevenir este tipo de problemáticas y es que los dispositivos de ayuda por voz como Alexa o Siri pueden ser un gran apoyo para las personas mayores que viven solas y en residencias para ayudarles a recordar citas importantes, eventos, como forma de entretenimiento o también como una ayuda en casos de movilidad reducida.
Hacerles partícipes de la importancia que tiene para ellos la interacción social puede ser un punto positivo que les motive a fomentar las relaciones interpersonales y es que, todos sabemos que, con la edad, es normal que nos apetezca una vida más tranquila o pasar más tiempo en casa, pero esto no tiene que ser sinónimo de renunciar a la vida social. "Es aconsejable explicarles los beneficios físicos y mentales de la interacción social, como el mantenimiento de la salud cognitiva o la disminución del estrés. De esta manera, es más sencillo que se muestren proactivos a la hora de tener una vida social más completa”, concluye la doctora.
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