"La vacunación es la mejor herramienta de prevención y conocer los beneficios de las vacunas y recomendarlas siguiendo el calendario de vacunación es importante para prevenir ciertas enfermedades, sus complicaciones y salvar vidas. La vacunación es necesaria en la etapa infantil y también en la edad adulta", advierten desde el Ministerio de Sanidad.
La campaña de vacunación de la gripe 2024-2025, que coincide con la de la covid desde 2021-2023, tiene previsto su inicio para la última semana de septiembre, la cual se desarrollará durante todo el mes de octubre; aunque la fecha podría adaptarse en función de la disponibilidad de las vacunas, tal y como ha informado el Ministerio de Sanidad.
El objetivo de esta campaña es alcanzar o superar el 75% de la vacunación en personas mayores y personal sanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo. Eso sí, cabe recordar que según las cifras la campaña pasada fue la más baja en los últimos cuatro años con cifras de 64% en personas mayores de 65 años, frente al 67% del año anterior.
Para conseguir superar estos datos, el Ministerio ha solicitado la implicación de los profesionales sociosanitarios, sindicatos, colegios profesionales, etc... en reforzar su compromiso para la recomendación de la vacunación con las personas de riesgo que atiendan.
Los expertos recomiendan la administración conjunta de ambas vacunas, que a su vez que pueden administrar simultáneamente con otras, y consideran como prioritarios algunos sectores de la población como son embarazadas, personas en residencias de mayores y otros centros de ayuda o discapacidad, población mayor y población infantil entre 6 meses y 5 años. Asimismo, también están incluidos por su importancia estratégica el personal sociosanitario y trabajadores de los servicios públicos esenciales.
¿Cómo es la pauta de vacunación?
La recomendación de la pauta de vacunación es para personas mayores de 60 años, personas de cinco años o más internas en centros de discapacidad, residencias de mayores y residentes en instituciones cerradas.
También en personas mayores de 12 años que se consideran como personas de riesgo por: diabetes y síndrome de Cushing, obesidad mórbida, enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias -incluyendo displasia broncopulmonar, fibrosis quística y asma- enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico, hemoglobinopatías y anemias o hemofilia, otros trastornos de la coagulación y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples, asplenia o disfunción esplénica grave, enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico y enfermedades neuromusculares graves.
En sectores de riesgo, se incluye a aquellas personas que tenga inmunosupresión desde las inmunodeficiencias primarias y la originada por la infección por VIH o por fármacos, así como en los receptores de trasplantes y déficit de complemento, cáncer y hemopatías malignas, enfermedad inflamatoria crónica y trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva como es el síndrome de Down y demencias, entre otras.
Para el caso de las embarazadas se recomienda administrarla en cualquier trimestre de gestación y mujeres en puerperio (hasta seis meses después del parto que no se hayan vacunado durante el embarazo). También a menores de entre cinco y 18 años con un tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe, personas celíacas, por las complicaciones tras la gripe, fumadoras y aquellas con fístula de líquido cefalorraquídeo e implante coclear o en espera del mismo.
Fotos |FRANK MERIÑO Polina Tankilevitch de Pexels
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